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¡Tiologías! gritó Fortunata exaltándose y moviendo los brazos como una actriz en pasaje de empeño . Si hubieras tenido tanto así de dignidad, me habrías pegado un tiro... No lo has hecho. Mejor para . Y otra cosa te digo. Si hubieras tenido un adarme de sangre de hombre, cuando viste a ese y a esa, les habrías pegado seis tiros, dejándoles secos a los dos. Pero no tienes sangre.

El día 2 de Febrero de 1800, el convento de santa María la Real, de Sevilla, vióse engalanado y lleno de concurrencia, en la que figuraban muy señaladas personas de la ciudad, las cuales presenciaron la profesión religiosa de la antes tan aplaudida y festejada actriz Rosa Pérez, que se convirtió en sor Rosa de Jesús María.

El ruido que los amigos de Inocencio habían hecho con motivo del drama, el haberlo elegido Clotilde para su beneficio y la voz esparcida de que la célebre actriz iba a obtener en él un triunfo señaladísimo hizo que los revendedores expendiesen todas las localidades a precios fabulosos: conozco un marqués que dio once duros por dos butacas.

Tampoco se sabe con certeza la época en que falleció, si bien se presume que debió ser hacia el año de 1536 . Su hija Paula heredó su fama como excelente actriz, y su hijo Luis fué un poeta de los más populares. Este publicó en el año de 1562 la primera edición completa de las obras de su padre .

Pues , esta Georgina, de que le hablaba, es muy complaciente con mi hermano, quien le paga en la misma moneda: como ya, le he dicho, Georgina Bacot trabaja en las Folies-Lyriques, por cuya razón mi hermano anda mucho entre bastidores, y allí se encuentra a menudo con la madre de Georgina, que fue también actriz en sus tiempos... y mi hermano nos contaba el otro día a mamá y a que una de estas noches pasadas había encontrado en la escena, durante un entreacto, a la madre de Georgina... Estaba mirando por el agujero del telón cuando de pronto se volvió a aquél y le dijo con voz llorosa... «Hay cosas que halagan a una mujer... ¿creerá usted, señor, que hay esta noche en la sala cuatro de mis antiguos amantes... y todos senadores

Cierta noche, la Déjazet tomó parte en una representación que la Empresa del teatro de la Opera había organizado á beneficio de las víctimas de las inundaciones del Loire. Iba á comenzar la función, y la célebre actriz atisbaba por una de las mirillas del telón el aspecto de la sala.

Añádanse á esto las perplejidades torturantes que en el ánimo del dramaturgo incipiente van sembrando las pequeñas exigencias de los actores y los consejos, impertinentes casi siempre de los amigos. En un entreacto del ensayo, la primera actriz le llama con cierto misterio. ¿Quiere usted explicarme murmura, cómo debo «decir» esta frase?... Yo la he estudiado mucho y «no la siento».

Muchas páginas ocuparían las historietas picantes en que figura el nombre de Amat unido al de Micaela Villegas, la Perricholi, actriz del teatro de Lima.

Cualquier actriz le compraría de buena gana aquella actitud y la inflexión de la voz. Gonzalo se detuvo cortado, sin saber qué decir. Salió del compromiso exclamando: ¿No sabes el escándalo que está pasando en nuestra casa?

Pero en la ficción escénica, los acontecimientos y las imágenes se encadenan de muy distinto modo, y así el espectador, bien sea por hábito ó por predisposición caprichosa de sus sentidos, no comprende que un «barba» débil y pequeñuco pueda ser padre de una «primera actriz», robusta y alta, ni menos reducirla con sus amenazas á sumisión y obediencia; ni tampoco que el «segundo galán» aventaje al «primero» en estatura y gallardía, ya que su misma cualidad de «segundo» implica cierta noción de inferioridad ó dependencia. ¿Qué queréis?