United States or Saint Kitts and Nevis ? Vote for the TOP Country of the Week !


Acaso algún filósofo antiguo ó moderno le haya sobrepujado por la viveza del ingenio, por la visión rápida y clara de los grandes problemas de la ciencia, pero ninguno tuvo jamás un rostro más grave, más absorto, más genuinamente científico que el tío Goro cuando de las ocupaciones manuales pasaba á las intelectuales.

Vino después el regreso por las calles de la capital hasta palacio, y no dejé de oír algunos vivas al duque Miguel, quien, según me dijo después Tarlein, iba royéndose las uñas y como absorto en negros pensamientos, tan anonadado que hasta sus mismos admiradores convinieron en que debió haber mostrado menos desaliento.

Hablábamos y reíamos; pero yo en el fondo iba absorto en mi felicidad, gozando de la hermosura del día, del silencio interrumpido por el ruído del mar, de los perfumes de la tierra en otoño. Llegamos a la cima del monte donde se celebraba la romería. Entramos en la ermita.

Sus frondosas calles de árboles cortados con el arte mas acabado, sus lagos y cascadas, sus praderas deliciosas, sus jardines y artísticos bosquecillos componen un conjunto tan alegre y risueño, tan bello y elegante, que cualquier pintor delicado no podrá ménos de contemplar absorto y complacido, sus proporciones, sus cuadros, sus luces y sombras, su poesía, enfin.

Con algunos hombres pasaba lo mismo. Otros estaban perfectamente serenos. Entre éstos, el que menos pensaba en su situación corporal era, sin duda, Raimundo, absorto por completo en la que ocupaba moralmente. Clementina, a despecho de su amor y de sus promesas, no dejaba de coquetear con Escosura. Estaban sentados en dos sillas contiguas, frente al asiento que él ocupaba.

Oía Mariano absorto, y ella sacaba de su despecho admirables rasgos de elocuencia. «Un marquesado, una fortuna de millones es lo que nos pertenecía. Pues ya ves: cárcel, infamia, pobreza. y yo seremos mendigos o Dios sabe qué. ¡Y Dios permite esto, y el cielo no se hunde, y todo sigue lo mismo! Y clamamos a gritos, sin que nadie nos oiga.

Es verdad, señora; yo comprendo lo que usted quiere decir observó Lázaro, admirado de tanta sabiduría. Pues yo voy á decir á usted una cosa que le sorprenderá mucho, Lázaro dijo Paulita, dirigiendo hacia el joven toda la melancolía y el suave interés de su mirada. Voy á decirle á usted una cosa que le sorprenderá sobremanera: yo soy rica. Efectivamente, Lázaro se quedó absorto.

Doña Victorina pensaba habitar otra cueva é iba á decirlo cuando Simoun le quitó la palabra: Pero ¿qué opina usted de ello, P. Salví? preguntó al franciscano que estaba absorto en alguna meditacion; ¿no le parece á usted que su Ilustrísima, en vez de darle una cueva, debía haberla puesto en un beaterio, en santa Clara por ejemplo?

Me echo a la calle, contrato un carruaje para dentro de una hora, por verme libre del asedio de los cocheros, me guío por el estruendo, y de improviso, heme frente a la catarata. ¿Quedé absorto? No, no comprendí. Aquello es inmenso, inaudito.

Yo he matado tigres, dijo tranquilamente Tragomer, y la cosa no es tan terrible... Usted no hace justicia á Sorege; es infinitamente más terrible. Jacobo había asistido á todo este diálogo sin pronunciar ni una palabra y como absorto en sus reflexiones. Se hubiera podido creer que no oía.