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Allí se reúnen para digerir los macarrones de la trattoría esperando que el mundo les haga justicia, sembrando de millones el camino de su vida, todos los reclutas infelices del arte: los que empiezan, y para entrar en la gloria buscan una contrata en cualquier teatrillo municipal del Milanesado y un suelto en el semanario de la localidad, enviándolo a su país para que amigos y parientes crean en sus grandes triunfos.

Luego de admirar en el museo da la abadía los recuerdos artísticos de la dominación borbónica y la dominación muratesca, entraron en un restorán próximo, una trattoria con las mesas puestas en una explanada desde cuyas barandas podía abarcarse el espectáculo inolvidable del golfo, viéndose además el Vesubio y la cadena de montañas que se esfumaba en el horizonte como un oleaje inmóvil de rosa obscuro.

Había vuelto en unos segundos los años de su adolescencia, cuando se aporreaba con los compañeros de pobreza en alguna trattoria del puerto de Génova. A fuerza de tirones y algún que otro puñetazo, varios hombres de buena voluntad consiguieron separar á sus dos jefes.

Doña Pepa, apremiada por las cartas de su hermano, vendía campo tras campo; pero aun así en muchas ocasiones se retrasaba el envío de dinero, y en vez de comer en la trattoría, cerca de la Scala, entre alumnas de baile y artistas de reciente contrata, se quedaban en casa, y Leonora, olvidando sus partituras, cocinaba valerosamente, aprendiendo las misteriosas recetas de la vieja bailarina.

Y ella, á su vez, le besó á él, pero con un beso triste, ligero, desmayado, que en nada recordaba la histérica caricia del Acuario. Su voz, que parecía venir de muy lejos, fué repitiendo lo que le había aconsejado en la trattoria. Váyase, Ulises, no me vea más. Se lo digo por su bien... Yo traigo desgracia. Lamentaría que maldijese el momento en que me conoció.

Antes de servir la comida puso sobre la mesa, á guisa de aperitivo, una botella ventruda de vino del país, un néctar de las laderas del Vesubio, con un lejano sabor de azufre. Freya tenía sed y le inspiraba recelo el agua de esta trattoria.