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Al lado de las combinaciones métricas indicadas, de uso más general, se encuentran otras muchas, no tan comunes como aquéllas, que se hallan en parte á menudo en los dramáticos más antiguos de este período, y desaparecen luego poco á poco, al paso que otras sólo se ven raramente, y como por vía de excepción.

Así llegaron, apremiados por la necesidad, á adquirir una habilidad como pescadores, que hoy nos maravillaría. No menos hábil que el sollo, se le escapaba raramente la presa que había divisado. Inmóvil sobre la orilla, parecido á un tronco de árbol, esperaba pacientemente que el pez pasara á la distancia de su brazo, y, cogiéndolo con rapidez, le aplastaba la cabeza con una piedra.

Las crónicas y cánones de concilios, que prueban la existencia de los espectáculos dramáticos durante la Edad media, indican raramente sus condiciones especiales. Consta, sin embargo, de Casiodoro, que en el siglo VI se representaban composiciones dramáticas en el teatro de Pompeyo en Roma, y que fué restaurado para este objeto por Theodorico.

Entonces, y sin saber por qué, Perla fruncía el entrecejo, cerraba el puño, y daba á su pequeño rostro una expresión dura, severa y de seco descontento; ó bien prorrumpía de nuevo en una risa más ruidosa que antes, como si fuera un sér incapaz de sentir y comprender el pesar humano; ó acaso, aunque muy raramente, experimentaba convulsiones de dolor, y en medio de sollozos y palabras entrecortadas expresaba su amor hacia su madre, y parecía que deseaba probar que tenía un corazón haciéndoselo pedazos.

Si se exceptúa esa galería fantástica de Dante, en que los tipos más sorprendentes y más extraordinarios están amontonados con una profusión espantosa, como en el Juicio Final de Miguel Angel, los italianos han sido raramente creadores.

En esas humildes habitaciones, menos repugnantes, es cierto, que los tugurios de los siervos dominados por el castillo del señor feudal, las familias se reúnen raramente alrededor de la misma mesa; unas veces el padre, otras la madre ó los hijos, llamados por la inexorable campana de la fábrica, deben alejarse del hogar y sucederse al servicio de las máquinas, que trabajan sin tregua ni descanso, lo mismo que la corriente del arroyo que las pone en movimiento.

JULIA. Porque el hombre más enamorado siente la necesidad de comprometer su dicha, aunque no sea mas que para convencerse a mismo de que es libre; una mujer alegre conserva raramente a su amigo, o, si usted lo prefiere, a su amante, más de siete años. DORA. ¿Qué diferencia establece usted entre el amante y el amigo?

Ya veo, pues, que el giro novelesco y la exaltación de mis ideas obedecían a otras causas que a las locas pasiones de la juventud, y esto es lo que nunca han querido comprender los que me conocen. Y es que yo tengo una conciencia de mismo que raramente me engaña. 3 de mayo.

Confiesas que has faltado cinco veces y, sabe Dios, ¡si no has faltado más! Atqui como leo la lista muy raramente, y cada vez que le cojo á uno le pongo cinco rayitas, ergo, ¿cuántas son cinco por cinco? ¡A que te has olvidado de la tabla de multiplicar! ¿Cinco por cinco? Veinticinco... ¡Júsito, júsito!

Mas no hay que pensar en esto. De lo que me alegro infinito contestole el notario. No podéis imaginaros, doctor, hasta qué punto la idea de heridas avivadas y de bordes suturados me descomponen los nervios. ¡Examinemos otros medios más suaves, yo os lo ruego! La cirugía raramente procede con dulzura; pero, en fin, os queda la elección entre el sistema indio y el italiano.