United States or Vanuatu ? Vote for the TOP Country of the Week !


De pronto se alzó animada por una voluntad fatal, besó a su hijo apasionadamente hasta que logró despertarlo, envolviolo en una manta y cogiéndolo en brazos salió de la casa. Era la hora del oscurecer. Desde lo alto de la Gusanera, donde Basilisa vivía, veíanse llegar al muelle ya las lanchas pescadoras. Una muchedumbre las aguardaba.

Vamos á ver, Fernandito dijo cogiéndolo por un botón de la americana. Ahora que estamos solos y no hay miedo de que nos oiga tu gente: ¿cómo van esos amores?... Sanabre se ruborizó, haciendo signos negativos con la cabeza; pero le desconcertaba la mirada del doctor, fija en él con la tenacidad insolente de los miopes. ¡Pero ingeniero del demonio!

Después se había quitado su propio calzado, porque era un marrano que gustaba de andar descalzo con las patas sobre el suelo. «¡Ay, qué rico!...». Quitose también las medias y echó a correr detrás del gato, cogiéndolo por el rabo y dándole muchas vueltas... Por eso estaba tan mal humorado el pobre animalito... Luego se había subido a la mesa del comedor para pegarle un palo a la lámpara... «¡Ay, qué rico!».

Me acerqué a la puerta y advertí que intentaba en vano levantarse, arrastrándose por el pavimento de ladrillos. ¿Conque no te puedes levantar, ladrón? exclamar a Paca, con feroz placer . ¡Pues ahora e la mía! Y descalzándose apresuradamente un zapato y cogiéndolo por la punta comenzó a zurrarle la badana de lo lindo.

Bajo una higuera, negro parasol de ramajes enroscados, vio a unos payeses ocupados en escuchar a alguien que estaba en el centro del corro. Al aproximarse Febrer hubo cierto movimiento en el grupo. Un hombre surgió de él con rabioso impulso, y los otros le detuvieron, cogiéndolo de los brazos, pugnando por contenerle. Jaime lo reconoció por el lienzo blanco anudado bajo su sombrero. Era el cantor.

¡Farsante! gritó . Ni siquiera te ha tocado la Chula. ¿Y , para qué vas a meterte con ella? Un día te come media nalga, y después lagrimitas. ¡A callarse y a reírse ahora mismo! ¿En qué se conocen los valientes? Diciendo así, colmaba de vino su vaso, y se lo presentaba al niño que, cogiéndolo sin vacilar, lo apuró de un sorbo. El marqués aplaudió: ¡Retebién! ¡Viva la gente templada!

Así llegaron, apremiados por la necesidad, á adquirir una habilidad como pescadores, que hoy nos maravillaría. No menos hábil que el sollo, se le escapaba raramente la presa que había divisado. Inmóvil sobre la orilla, parecido á un tronco de árbol, esperaba pacientemente que el pez pasara á la distancia de su brazo, y, cogiéndolo con rapidez, le aplastaba la cabeza con una piedra.