United States or Maldives ? Vote for the TOP Country of the Week !


Lo cual visto por los tres, salieron a ella, y el cura fue el primero que le dijo: -Deteneos, señora, quienquiera que seáis, que los que aquí veis sólo tienen intención de serviros. No hay para qué os pongáis en tan impertinente huida, porque ni vuestros pies lo podrán sufrir ni nosotros consentir. A todo esto, ella no respondía palabra, atónita y confusa.

Luego, dirigiéndose a su hermana: Vamos, Zuzie, no me pongáis mala cara porque he sido un poco... sabéis que acostumbro a ser un poco... Quedémonos, ¿queréis? Descansaremos pasando aquí una hora tranquilamente.

¡Oh! descuidad, señora exclamó conmovido el duque, aunque siempre desfigurando la voz... pero es necesario que pongáis de vuestra parte. ¿Y cómo? He encontrado un medio... ¿Cuál? Decid á vuestro confesor que habéis tenido una revelación. No os comprendo. ; he pensado mucho en vos... en vuestro compromiso. ¡Oh! ¡Dios mío!

MARGARITA. Que piadosas y corteses Pongáis perpetuo silencio... IN

13 Así que, no juzguemos más los unos de los otros; antes bien juzgad de que no pongáis tropiezo o escándalo al hermano. 15 Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme a la caridad. No eches a perder con tu comida a aquel por el cual el Cristo murió. 16 Así que no sea blasfemado vuestro bien;

Entonces José fue tras de sus hermanos, y los halló en Dotán. 18 Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, pensaron contra él para matarle. 22 Y les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su padre.

Aun mas: no le pongais delante un objeto determinado, y habladle en general de cosas demasiado altas, indicándole velozmente unas tras otras; veréis que con la rapidez del relámpago aplica siempre la idea general de un medio auxiliar.

Dejadme, pues, seguir libremente mi camino, no me pongáis embarazos, porque como vos sois el privado de Felipe III, quiero yo serlo de Felipe IV. Yo no puedo tomar parte en esa indignidad, yo no puedo permitirla; por el contrario, he venido aquí para cerciorarme en ella y evitarla.

-No os pongáis a disputar, marido, conmigo -respondió Teresa-. Yo hablo como Dios es servido, y no me meto en más dibujos; y digo que si estáis porfiando en tener gobierno, que llevéis con vos a vuestro hijo Sancho, para que desde agora le enseñéis a tener gobierno, que bien es que los hijos hereden y aprendan los oficios de sus padres.

El amor se acaba luego, Nunca la necesidad: Hoy, con el pan de la boda, No buscaréis otro pan. De os vengais esta noche, Y mañana, á más tardar, Cuando almorcéis, un requiebro; Y en la mesa, en vez de pan, Pongáis «una fe» al comer Y «una constancia» al cenar, Y pongáis en vez de gala Un «buen amor» de Milán, Una tela «de mi vida» Aforrada en «me querrás» Echaréis los dos de ver.