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Conforme con estas ideas se mostraba Doña Francisca, asintiendo a todo, sin atreverse a contradecirla ni a oponer una sola objeción a tan juiciosos consejos. Sentíase oprimida bajo la autoridad que las ideas de Juliana revelaban con sólo expresarse, y ni la ribeteadora se daba cuenta de su influjo gobernante, ni la suegra de la pasividad con que se sometía.

Era el que más le ofendía cada vez que intentaba darle buenos consejos. «Ustedes los periodistas, que son medio locos...» «Usted, que no hará nada en América porque es escritor...» Manzanares admiraba la brutalidad como la más grande de las facultades, y se hacía lenguas de un gobernante cuando amenazaba con perseguir a «la canalla popular».

Constituyen también aristocracia aquellas familias que, no figurando en la historia patria, tienen vieja tradición de riqueza y que se han vinculado, por entronques, con familias históricas. Por último, existe el prestigio intelectual y político moderno; nombres que han figurado en nuestra última evolución republicana, en el ajetreo gobernante, político y parlamentario.

Yo pienso lo que García Moreno, aquel gobernante del Ecuador, que, según cuentan los padres de Deusto, fué el estadista más grande del siglo. ¿Sabe usted lo que dijo al recibir la puñalada que lo mató? «Dios no muere nunca».... Pues eso digo yo. Dios no muere y no morirá Vizcaya que, por el amor que siente hacia su santísima madre, es su hija predilecta.

Aludían al desierto de indiferencia en que se mueven así el gobernante como el sacerdote, a la sobriedad que practican o deben practicar, a la pesada carga que conducen a hombros, y, finalmente, la joroba simbolizaba la responsabilidad que llevan adherida a la propia espina dorsal, y que en el gobernante es doble, para con Dios y para con los hombres, y en el sacerdote sencilla, sólo para con Dios.

Los crímenes originados por los hombres no podían menos de conmover á algunas de estas almas masculinas, y un gobernante de aquella época dió una especie de reglamento para la paz humana, dividido en catorce artículos. Pero entre los hombres las mejores ideas se transforman y se corrompen. Hay en ellos un fondo de egoísmo que desfigura toda idea generosa apenas se encargan de implantarla.

El Perú estaba amagado por flotas filibusteras: y por muy buen gobernante que hiciese don Juan de Mendoza y Luna, marqués de Montesclaros, faltábale los bríos de la juventud. Jorge Spitberg, con una escuadra holandesa, después de talar las costas de Chile, se dirigió al Callao.

Su pobreza resultaba igual á la de Dora, pero esto no impediría que se casasen muy pronto. ¡Y mientras tanto, él, héroe nacional, gobernante omnipotente, tendría que mantenerse impasible al lado de su doña Guadalupe! ¡Ira de Dios! ¿Para esto había hecho la revolución?...

Se puede ser un gran argonauta descubridor de tierras y un pésimo gobernante. Hay, además, que tener en cuenta las ilusiones que había fomentado en todos los que le siguieron en el segundo viaje, gente aventurera, levantisca y ansiosa de enriquecerse. Iban a las minas del rey Salomón, a Ofir, a Cipango; no había más que agacharse para recoger bolas de oro.

De repente, el labriego, dominado por el terror, echó á correr, como si temiera que el riachuelo de sangre le ahogase al desbordarse. Antes de terminar el día circuló la noticia como un cañonazo que conmovió toda la vega. ¿Habéis visto el gesto hipócrita, el regocijado silencio con que acoge un pueblo la muerte del gobernante que le oprime?... Así lloró la huerta la desaparición de don Salvador.