Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de junio de 2025
»Con esto, me despedí al punto de entrambos; y ella, arrancándosele el alma, al parecer, se fue con su padre; y yo, con achaque de buscar las yerbas, rodeé muy bien y a mi placer todo el jardín: miré bien las entradas y salidas, y la fortaleza de la casa, y la comodidad que se podía ofrecer para facilitar todo nuestro negocio.
Esta costumbre es verdaderamente pintoresca, infantil, encantadora, patriarcal. No he visto en mi vida á esas mujeres, no las he mirado á la cara, y las tengo cariño, porque tengo cariño á las yerbas que tocan, á esta vida que llevan, á este aire que respiran.
De la famosa Nava de Cabra dice el moro Rasis estas palabras en su historia: «Tiene Cabra en su término un monte que llaman Selva, y es tan alto que contiende con las nubes. En aquel monte hay muchas flores y de muy buenos olores, y además yerbas de todas virtudes.»
-No digo yo, Sancho -replicó don Quijote-, que sea forzoso a los caballeros andantes no comer otra cosa sino esas frutas que dices, sino que su más ordinario sustento debía de ser dellas, y de algunas yerbas que hallaban por los campos, que ellos conocían y yo también conozco.
Creía ella que los curas de mucho saber y virtud debían de conocerse en el poco uso que hacían del agua y jabón, y también en que su alimento no podía ser sino yerbas cocidas y sin sal.
La sensacion de un momento, acaso confuso, acaso agradable como el tránsito de la vigilia al sueño... ¿Qué se destruye? ¡Un mal, el sufrimiento, yerbas raquíticas para plantar en su lugar otras lozanas! ¿Llamará usted á eso destruir? Yo lo llamaría crear, producir, sustentar, vivificar...
De los que traía muertos en el zurrón no hablaba nunca, porque Ana no se lo había de perdonar, por haber todavía en este mundo almas sencillas que no hallan placer en que se mate, a la entrada misma de la cueva donde tiene a su compañera y a su prole, a los pobres animales que han salido a descubrir, para mudarse de casa, algún rincón del bosque rico en yerbas.
-Virtud es -respondió Sancho- conocer esas yerbas; que, según yo me voy imaginando, algún día será menester usar de ese conocimiento. Y, sacando, en esto, lo que dijo que traía, comieron los dos en buena paz y compaña. Pero, deseosos de buscar donde alojar aquella noche, acabaron con mucha brevedad su pobre y seca comida.
A Lucifer soberbio, jactancioso, Que á la mañana fresca relucía, Al infierno en tinieblas temeroso, Condenado en perpetuo Dios le envía. Aquel rico avariento codicioso, Allá desea gustar del agua fria: El poderoso Rey fué convertido En bestia, y heno y yerbas ha pacido. A la bendita Virgen soberana, Espejo de humildad y de pureza La vemos por la fé como mañana, Y aurora, coronada de belleza.
Hubiérase quedado allí de buena gana para dar calor á la buena voluntad de los Zamucos si hubiera llevado consigo los ornamentos sagrados y el altar portátil, aunque le fuese forzoso sufrir muchas incomodidades, y no tener otra cosa para comer que agua y algunas raíces de yerbas silvestres; por esta causa se hubo de despedir de ellos y volverse por entonces con igual sentimiento y dolor del que se partía y de los que se quedaban.
Palabra del Dia
Otros Mirando