Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 2 de junio de 2025
Esta nueva aventura les dió márgen á que filosofaran mas que nunca. En la vecindad vivia un derviche que gozaba la reputacion del mejor filósofo de Turquía. Fuéren á consultarle; habló Panglós por los demás, y le dixo: Maestro, venimos á rogarte que nos digas para que fué formado un animal tan extraño como el hombre? ¿Quién te mete en eso? le dixo el derviche: ¿te importa para algo?
A lo largo de las polvorientas paredes, donde los tapices flamencos desplegaban obscuramente sus fábulas, pendían o se apoyaban viejos retratos de familia y toda clase de muebles señoriles, unos hallados en la casa y otros traídos de Valsaín por el hidalgo. Cuando se caminaba por los estrados, las baldosas, rotas o sueltas, resonaban bajo las alfombras de Turquía.
Incontinenti satisfizo el rescate del baron y Panglós: este se arrojó á las plantas de su libertador, bañándolas en lágrimas; aquel le dió las gracias baxando la cabeza, y le prometió pagarle su dinero así que tuviese con que. ¿Pero es posible, decia, que esté en Turquía mi hermana? Tan posible, replicó Cacambo, que está fregando platos en casa de un príncipe de Transilvania.
Esta ciudad recibe especialmente: de Rusia trigos y cáñamo; de España vinos generosos, y aceite para purificarlo; de todas las costas de Turquía, Egipto y el resto de Africa, granos oleaginosos, esencias, especería y cereales; de Colombia y las colonias francesas y asiáticas, azúcar, maderas de tinte y ebanistería, pieles de todo género, café, cacao, caucho, plantas medicinales y aromáticas, tintes finos y minerales.
Un año permaneció allá el príncipe, visitando sus propiedades menos lejanas, conociendo á todas las grandes familias amigas de su madre. El coronel habló gravemente de cosas de guerra con varios generales que le acogieron como un igual. Era el ayudante, el compañero de heroísmos de Saldaña, al que habían conocido, de jóvenes, en la guerra contra Turquía siendo oficiales.
Y sucede efectivamente que hablar de la provincia de Caupolican, á un Potosino por ejemplo, es ocuparlo de una cosa de que solo conoce el nombre, como conoce los de la China y de la Turquía, sin que ni por pienso esté al cabo de lo que allí se pasa.
Pero hay otras coloradas; leo: Argel, pabellón colorado con calavera y huesos; Túnez, pabellón colorado; Mogol, ídem; Turquía, pabellón colorado con creciente; Marruecos, Japón, colorado con la cuchilla exterminadora; Siam, Surate, etc., lo mismo. Recuerdo que los viajeros que intentan penetrar en el interior del Africa se proveen de paño colorado para agasajar a los príncipes negros.
Bien creo que pondera algo el obispo; pero aunque se rebaxe la mitad de las víctimas, todavía queda acreditado un zelo portentoso. Atormentábame sin cesar el ardor de viajar, y estaba resuelto á concluir mi peregrinacion de Europa por la Turquía. Encaminéme á esta, con firme propósito de no decir otra vez mi parecer acerca de las fiestas que viese.
Un traje la civilización romana, otro la Edad Media; el frac no principia en Europa sino después del renacimiento de las ciencias; la moda no la impone al mundo, sino la nación más civilizada; de frac visten todos los pueblos cristianos, y cuando el sultán de Turquía, Abdul Medjil, quiere introducir la civilización europea en sus Estados, depone el turbante, el caftán y las bombachas, para vestir frac, pantalón y corbata.
La tierra se compra por nada en Turquía. Es igual. Lo que la señora pide vale cincuenta mil francos. ¿Cincuenta mil francos? ¡Espero que la señora no querrá regatear! Sea. Trato hecho. ¿Y dinero contante? Contante. ¿Lo tiene usted? Porque si usted no me pagase esa suma, no iría a reclamársela a París. Tengo cien mil francos en mi secreter. Pido cinco minutos para reflexionar. Reflexiona.
Palabra del Dia
Otros Mirando