Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 21 de octubre de 2025
Desvanecidos por el liberalismo creciente los terrores religiosos medioevales, ha venido cesando correlativamente el terrorismo político; y el diablo cristiano sólo conserva su inmenso prestigio y el vasto rol que le crearon los visionarios de la Edad Media, en las familias aristocráticas educadas en los colegios de frailes y de monjas, y en las remotas campañas, por la crasa ignorancia.
En uno de los extremos asomaba entre almohadas una cabeza reclinada con abandono. Era un semblante desencajado y anémico. Dormía. Su sueño era un letargo inquieto que se interrumpía a cada instante con violentas sacudidas y terrores. Sin embargo, parecía estar más sosegada cuando al medio día volvió a entrar en la pieza el padre de Florentina, acompañado de Teodoro Golfín.
Terrores de un alma tímida que carece de confianza en sus propias fuerzas; expansión de un alma ardiente que tiene necesidad de aislarse con su Creador; indignación de un alma afligida que ya no cree en la dicha; actividad de un alma violenta amargada por la persecución; debilidad de un alma consumida que la debilidad ha vencido; ¿qué específicos oponen ellos a tantas calamidades?
Felizmente, la reciente guerra ruso-japonesa, poniendo al descubierto el enorme flaco de esta elaboración de la docilidad humana por el aceite hirviendo del infierno, por los terrores del más allá y no por la educación de las multitudes para la justicia, la rectitud, la benevolencia y la cordura, les hará ver por egoísmo lo que no han querido ver por generosidad de alma: que las sociedades organizadas sobre el miedo al castigo, serán siempre inferiores en poder moral a las sociedades organizadas sobre el sentimiento de la dignidad humana.
Mi mujer y mi madre han festejado el fausto acontecimiento de un modo particular: contándome, punto por punto, todos los terrores que han sufrido sin hacérmelo ver. El más insignificante desgano mío las sumía en mortal angustia: ¡Es la rabia que comienza! gemían. Si alguna mañana me levanté tarde, durante horas no vivieron, esperando otro síntoma.
Mi honor no padecerá... pero los escrúpulos me volverían a la locura, a las aprensiones horrorosas...». Y temblaba recordando las tristezas y los terrores pasados. La pasión, menos vocinglera que antes, subrepticia, seguía minando el terreno, y a los pocos latidos de la conciencia contestaba con sofismas.
Delaberge escuchaba con disgusto toda esa letanía de lamentaciones. Compartía muy medianamente el dolor de esa mujer a quien, más que el remordimiento, atormentaba el decir de las gentes. Creía además desproporcionados sus terrores por la falta cometida. Veintiséis años habían pasado por encima de sus pecadillos de la juventud.
La labor de nuestros antepasados fué ruda, y su existencia llena de terrores.
Mientras el rey Bermudo, resuelto á no ver repetida en mengua propia la pérdida que afrenta la memoria de Rodrigo, vence el desaliento, olvida sus achaques, triunfa de vanos terrores, hace el noble sacrificio de sus enojos y resentimientos, y procura reducir los inquietos ánimos del castellano y del navarro á una poderosa liga contra el formidable enemigo de la cristiandad, Almanzor pone en Córdoba el complemento á su gloria terminando las obras de la mezquita.
Un gran flujo de risa brotó por encima de todos los terrores de Jacobo, y soltó el trapo a reír con todas sus fuerzas. Mas el tío Frasquito, muy desolado, prosiguió diciendo: ¿Te rríes?... ¡Aguarrda, aguarrda!... Yo decía cavilando toda la noche: ¿Mentecato en San Peterrsburrgo?
Palabra del Dia
Otros Mirando