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Actualizado: 16 de julio de 2025
Viendo, pues, los gallegos el mal recado que habían hecho, con la mayor presteza que pudieron, cargaron su recua y siguieron su camino, dejando a los dos aventureros de mala traza y de peor talante. El primero que se resintió fue Sancho Panza; y, hallándose junto a su señor, con voz enferma y lastimada, dijo: ¡Señor don Quijote! ¡Ah, señor don Quijote!
En fin, es moza de brío, Y que puede descuidar 1560 De camisas y valonas Á un hombre de mi talante. Lleva, en saliendo, delante Más pretendientes personas Que un oidor ó presidente. 1565 Si yo la moza poseo, Luego habrá despolvoreo De todo amor pretendiente: Á ellos de cuchilladas Y á ella de muchas coces. 1570 Ya mi cólera conoces. No la has visto ¿y ya te enfadas? Gente de un coche se apea.
La petición no era otra que la mano de Abisag. Salomón estaba de tan buen talante con la radical curación de Echeloría, que en seguida consintió en que Abisag se casara. Además, Abisag iba ya pasando de la juventud a la edad madura, y como la mayoría de las solteras algo pasadas, estaba tan jaquecosa, que Salomón no la podía aguantar, y se alegró de salir de ella. Todos, pues, fueron felices.
En suma, hallé en él lo que raras veces he visto en el curso de mi vida, un hombre que se adaptaba perfectamente al desempeño de su empleo. Tales eran algunos de los individuos con quienes me puse en contacto al entrar en la Aduana. Acepté de buen talante una ocupación tan poco en armonía con mis hábitos y mis inclinaciones, y me puse con empeño á sacar de mi situación el mejor partido posible.
«¿Qué habrá pasado aquí? ¿De qué talante encontraré a ese Facundo, tan estrecho, el infeliz, de mollera?» Angustias, al huir, no atreviéndose a dejar cuenta de sí a Xuantipa, por temor, ni a Belarmino, por amor, había usado de subterfugio y largo rodeo, adoctrinada por Felicita.
La determinación de no salir a paseo puso a la señorita de mal talante, porque no podía hablar con su novio, que a aquella hora estaba clavado en la esquina de la calle de los Tres Peces, esperando a que saliese la familia para incorporarse.
Gonzalvillo se separó de la puerta, y cuando Montiño iba á cerrarla, se le presentó de repente un hombre. ¡Eh! ¡esperad, señor Francisco, esperad! ¡pues á fe que me ha costado poco trabajo llegar aquí para que yo os suelte! ¡Ah! ¡señor Gabriel! ¿y qué me queréis? dijo el cocinero del rey, con mal talante Entrad, entrad, y decidme lo que me hayáis de decir.
Toda mujer prendada de un hombre llega a conocer por sus movimientos más leves, por los actos que distraída y casi mecánicamente ejecuta, el talante de que está. Amparo sabía que cuando Baltasar fumaba así, no se distinguía por lo jocoso y afable.
Tornó ella a salir, quedose él otra vez esperando más desazonado que antes, y en un abrir y cerrar de ojos apareció de nuevo la del hábito ratonesco diciendo de mal talante: Señor, era equivocasión; esa señora ha salido ya; era error que cometíamos; no estaba, hoy que hasía su guardia. Elle est partie.
Me gusta más el coselete que la sotana, y luego el amor... ¡poder amar sin ofender á Dios ni al mundo! No sabéis hablar más que de amor. Pues mirad; hasta ahora no he amado. ¿Amáis á la dama del juramento? Os juro, señora... Si yo fuese la dama de la galería... ¡Ah! Si yo fuese la que de tan mal talante os echó por una escalera excusada... ¿Vos me libertáis de mi promesa?
Palabra del Dia
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