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Actualizado: 2 de junio de 2025
Doña Lupe no estaba, porque en aquellos días iba infaliblemente a las subastas del Monte de Piedad. Maximiliano permanecía largas horas en su despacho o en la alcoba, sin salir ni siquiera a los pasillos, sumergido en una meditación que más bien parecía somnolencia, por lo común echado en el sofá, la vista fija en un punto del techo, al modo de penitente visionario.
Sólo podía dormir bien cuando se imaginaba haber realizado en el día un buen negocio. Compraba en las subastas miles de botellas procedentes de quiebras. Y él, que apenas bebía, abarrotaba sus cuevas, recomendando á la familia que emplease el champañ como vino ordinario. La ruina de un peletero le hizo adquirir catorce mil francos de pieles que representaban un valor de noventa mil.
París le ofreció un lugar de placeres como no podía encontrarlo en el resto del mundo: el Hotel Drouot. Iba á él todas las tardes, cuando no encontraba en los periódicos el anuncio de otras subastas de importancia. Durante varios años no hubo naufragio célebre en la vida parisién, con la consiguiente liquidación de restos, del que no se llevase una parte.
«Yo tengo que ir al Monte le dijo más tarde doña Lupe , que hoy empiezan las subastas. Ten cuidado con Papitos, que estos días anda muy salida. Tú la echas a perder con tus benevolencias. Date una vuelta por la cocina y no le quites ojo. Hazle que ponga el bacalao de remojo o ponlo tú. Y que cuando yo venga esté lavada toda la ropa».
JOAQUÍN. =(Con verbosidad.)= Pero esta tostada, con ser un negocio inmoral, no es tan atroz como la que resulta de comprar por un pedazo de pan los abonarés de los soldados de Cuba, que llegan aquí muertos de miseria, enfermos y con un papel en el bolsillo. El Gobierno no puede pagarles; pero Botín ha reunido millones en esos abonarés, y el mejor día se los admite el Gobierno en pago de un empréstito... Pues en las subastas no te digo nada. Ahí es donde están las ricas tostadas.
Empréstitos a su hermano hipotecándole alguna finca trasconejada en las ventas y subastas, pagarés a algunos arrojados usureros sobre la herencia de un tío viejo y enfermo reconociendo tres veces la cantidad recibida, joyas que su hermana le regalaba no pudiendo regalarle dinero, cuentas exorbitantes con el importador de coches y caballos, con el sastre, con el perfumista, con Lhardy, con el conserje del club, con todo el mundo.
La utilidad y necesidad de las adquisiciones resultaban de interés secundario; lo importante era adquirir á precios irrisorios. Y las subastas inundaron aquellas habitaciones que al principio se amueblaban con lentitud desesperante. Su hija se quejó ahora de que la casa se llenaba demasiado. Los muebles y objetos de adorno eran ricos, pero tantos... ¡tantos!
Se estaban subastando en aquellos momentos los bienes de los alemanes residentes en Francia, embargados por el gobierno. Era como una respuesta al viaje forzoso que habían hecho los muebles del castillo de Villeblanche tomando el camino de Berlín. En vano le hablaban los corredores del escaso público que asistía á las subastas.
Este establecimiento podria y deberia suprimirse, para darle nueva forma, poniéndole por asiento renovado en subastas públicas por el tiempo que se estimase, procurando que los periodos no escediesen de cinco años ni bajasen de tres, aunque si fuera dable volverle á la planta que tenia cuando la hacienda pública le tomó por su cuenta, seria mas económico al erario y mas provechoso á los pobres enfermos.
Espectáculo, bien curioso, por cierto, sería para los que hoy vivimos, el que diariamente ofrecían las Gradas de la Catedral y la plaza del Salvador, sin contar otras calles y sitios concurridos de la ciudad, donde se pregonaban las subastas y almonedas judiciales, como las voluntarias, las cuales tenían lugar ante numeroso y abigarrado conjunto de personas de todas clases sociales, que allí confundidas esperaban la llegada del alguacil y del escribano, encargados de la venta de infinitos heterogéneos objetos, dignos algunos del Jueves ó del Boquete, y otros aplicables al atavio de las personas ó de las casas más calificadas.
Palabra del Dia
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