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Actualizado: 7 de junio de 2025


Haciendo la guerra á los moluscos, mantiénese también molusco, es decir, constantemente embrionario y ofrece el extraño aspecto, ridículo y caricaturesco, no fuera terrible, del embrión que va á la guerra de un feto cruel, furioso, blando, transparente pero delicado y cuyo soplo es mortal.

Que he tenido soplo que está aquí en este garito de los pobres, y no me ha de salir ninguno deste aposento hasta reconocellos a todos, porque me importa hacer esta prisión.

Otras, animado por un soplo de esperanza, concebía mil ilusiones y prescindía de su estado, y me entretenía a pintar mi felicidad si ella me diese alguna esperanza.

8 Con el soplo de tus narices se amontonaron las aguas; se pararon las corrientes como en un montón; los abismos se cuajaron en medio del mar. 9 El enemigo dijo: Perseguiré, prenderé, repartiré despojos; mi alma se saciará de ellos; sacaré mi espada, los destruirá mi mano. 10 Soplaste con tu viento, los cubrió el mar. Se hundieron como plomo en las impetuosas aguas.

Así cuando una llama prende á un vestido, el temor y el azoramiento hacen que se propague más y más, y cada sacudida, cada golpe es un soplo de fuelle que la va á avivar.

Que se sopló mucho, echando fuera toda la caja del pecho, y dijo loor a esto, loor a lo otro. ¿Se casa con Micaelita? Dios los cría y ellos se juntan. ¿Y te retiras ya? Si, porque yo he dicho a D. Felicísimo que estoy enfermo. ¿A dónde vas? Allá replicó Tablas manifestando en la mirada recelosa que a Salvador dirigió, que no debía hablar con más claridad.

Sólo sonaba el agua de la fuente del jardincillo. Ni un leve soplo de viento interrumpía el sosiego de la noche y la serenidad del ambiente. Penetraban por la ventana el perfume de las flores y el resplandor de la luna. Al cabo de un largo rato, D. Luis apareció de nuevo, saliendo de la oscuridad. En su rostro se veía pintado el terror; algo de la desesperación de Judas.

Unas jaulas de bronce pendientes del techo empezaban a balancearse, y dentro de ellas saltaban los canarios, sin dejar de cantar, buscando en el vaivén de su prisión un punto inmóvil. Las cortinillas de las ventanas, sujetas por sus abrazaderas, agitábanse bajo un soplo invisible. El suelo de mosaico, liso, unido, inerte a la vista, parecía ondular como si por debajo de él mugiese un huracán.

Le dió de comer y una de sus sortijas para que la empeñase, pues del dinero no se atrevía á disponer. Velázquez no lo supo. Pero, á pesar del mucho encarecimiento con que Soledad se lo rogó, Miguel no dejó de menudear las visitas, hallando cómodo este puerto donde guarecerse en sus frecuentes naufragios. Y sucedió al cabo lo que era de esperar. No faltó quien diese soplo al amo.

Nuestra hija se curará, estoy segura. Me ha hecho pasar, no obstante, quince noches desagradables en esta ciudad de Corfú. No se decidía a dormir y tenía que mecerla como a un niño. Comía únicamente por darme gusto; nada le apetecía, y cuando no se come, se acaban las fuerzas. No le quedaba más que un soplo de vida presto a extinguirse a cada instante, pero yo no desesperaba nunca.

Palabra del Dia

irrascible

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