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Actualizado: 10 de junio de 2025
Por casi todos lados ofrecía espantosos precipicios sobre el mar, que la batía incesantemente entrando y saliendo con furia en las concavidades de las rocas que la circundaban. Don Mariano había edificado en el centro una casita para guarecerse, a la cual había ido añadiendo poco a poco algunas comodidades.
Era la caza tal como se desarrolla en el feroz misterio del mar, la carrera de la muerte, la destrucción precedida de angustias y azares emocionantes. El pobre crustáceo, adivinando el peligro, nadaba hacia las rocas, para guarecerse en la grieta más próxima. Un pulpo salió tras de él, mientras los otros continuaban su digestión. ¡Se escapa!... ¡se escapa! gritó Freya, palpitando de interés.
En poco estuvo el Conde de perderse, Y al fin salió, huyendo el aposento, A Santo Domingo vá á refugiarse, Dó llevan de la iglesia el Sacramento; Despues por mas seguro guarecerse, En el campo la noche hizo asiento: Y oid lo que pasaba en esto en Lima Que solo referirlo causa grima.
Así, lejos de salvarse la unidad absoluta, ni la identidad entre el sujeto y el objeto, se establece la pluralidad y multiplicidad en el sujeto mismo; y la misma unidad de conciencia, en peligro de ser rasgada por las cavilaciones filosóficas, tiene que guarecerse á la sombra de la invencible naturaleza.
De esta suerte, poco venturosa y triunfante para don Paco, se pasaron algunos días y llegaron los últimos del mes de julio. Hacía un calor insufrible. Durante el día los pajaritos se asaban en el aire cuando no hallaban sombra en que guarecerse. Durante la noche refrescaba bastante.
El se adelantó sin vacilar y pidiole que le excusara, pues el sol estaba tan en su fuerza que había entrado a guarecerse a la sombra y descansar un momento del pesado fardo que llevaba. Ramiro quiso indignarse, pero el bien del sustento le ablandaba la voluntad.
Los gorriones, los jilgueros, las golondrinas y otras cien especies de pintados y alegres pajarillos salen a la campiña con el alba, a coger semillas, cigarrones y otros bichos con que alimentarse; pero todos anidan en el término de Villalegre, y vuelven a él, después de sus excursiones, para guarecerse en sus cotos y umbrías, para beber en sus cristalinos arroyos y acequias, y para regocijar aquel oasis con sus chirridos, trinos y gorjeos.
No hacía ni cinco minutos que había entrado a la choza, pero aquel espacio de tiempo le pareció muy largo, y bien que no sabía que Silas podía estar vivo y volver de un momento a otro, se sintió presa de un temor indefinible al ponerse de pie con los sacos en las manos. Se apresuró a salir, a guarecerse en la obscuridad y pensar en seguida qué haría con las bolsas.
Á excepcion del valiente coronel Don Tomás Garcia que, al frente del primero de Valancey, supo retirarse con vida hasta Valencia, el resto del ejército quedó completamente derrotado. Batallones enteros cayeron prisioneros en manos de los patriotas, en tanto que otros, arrojando las armas, dispersos como aves espantadas, huyeron á guarecerse en los bosques.
Tan grande llegó a ser, que el marqués de Soldevilla, abandonando el campo, emprendió la carrera hacia su casa para guarecerse. Siguióle inmediatamente don Rudesindo, luego Peña y Galarza. La batalla se deshizo como por ensalmo. Mas antes de atecharse, a todos se les ocurrió volver la cabeza para ver qué había sido de sus apadrinados.
Palabra del Dia
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