Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 11 de mayo de 2025


Intentando estaba el último esfuerzo sobrehumano para hacerme entender de aquel fiero tribunal, cuando me arrancaron de las garras del sueño unas cuantas sacudidas de Chisco que acababa de entrar en mi cuarto. Pues con verme así libre de tan angustiosa pesadilla, aún hallé cierta semejanza entre mi despertar y el del reo en capilla por la llegada del verdugo para vestirle la hopa.

Y revueltos con ellos, guardias forestales y gendarmes pertenecientes á pueblos qué habían recibido con retraso la noticia de la retirada. En conjunto, unos cincuenta. Los había enteros y vigorosos; otros se sostenían con un esfuerzo sobrehumano. Todos conservaban sus armas.

El rostro es vulgar, aviesa la mirada, la musculatura recia, pero no hay en toda su persona rasgo ni línea que revele carácter sobrehumano, ni siquiera heroico. Creen unos biógrafos de Velázquez, que la Venus del espejo, es el mismo cuadro de Psiquis y Cupido, que se sabe hizo para el Salón de los espejos: otros dicen que es una obra distinta.

No se dice: Tal mujer no se casó porque no quiso. No. Se busca, se comenta y se considera que algo sobrehumano protegió una determinación que todos califican de extraordinaria.

Dirigiéndose en el prólogo de Los Parientes Ricos al que leyere, confiesa que «el autor está siempre en la obra» y que «eso de la impersonalidad en la novela es empeño tan arduo y difícil que, a decir verdad, lo tengo por sobrehumano e imposible». El relatará, pues, su aventura y con ella la de las mocedades americanas y mejicanas hacia 1860, cuando los libros de nuestro romanticismo tardío enseñan todos la santidad de amar, la vital necesidad de amar y al mismo tiempo el perenne fracaso de los idilios, la crispada rebelión de los puños y la fatalista languidez de los labios que cantan con Leopardi el desposorio del Amor y la Muerte.

Maltrana, que en otros tiempos había hecho frente a la miseria, con la alegre inconsciencia del pájaro errante, se desesperaba y sentía pasar por su cerebro los más lúgubres pensamientos al ver a Feli, resignada y silenciosa, trabajando con sobrehumano esfuerzo, mientras la cocina estaba fría y no se encontraba en los rincones el más pequeño mendrugo.

Fuese extravagancia de entendimiento perturbado, fuese abnegación premeditada, había en su conducta heroica grandeza, algo casi sobrehumano, que consistía en imponerse el doble sacrificio de privarse de su hijo, y aceptar por tal al que no lo era, para que esta ignorancia la hiciese luego tratar a ambos con el mismo cariño.

A esta angustia de las entrañas se agregaba la zozobra del ánimo, la honrosa inquietud de verse marcado por la sospecha, tan sólo, del Santo Oficio, o de atraer el castigo del poder sobrehumano del Rey. Y entretanto parecía que el mismo viento murmurase calumnias y que la delación se agazapara bajo el lecho en que se dormía, entre los pliegues de las antepuertas, en el rincón de los oratorios.

En aquella situación no era dable diálogo alguno. ¿Qué podían decirse los dos enamorados? ¿Con qué frases, en qué sobrehumano idioma acertarían a expresar sus agitadores sentimientos? Solo dijo él: Aquí estoy, Poldy. Tuya es mi vida. Quiero ser y seré tuyo para siempre. Yo te amo, yo te idolatro, yo te adoro.

Toda abundancia, y todo honor te sobre. Que enfin has respondido á ser soldado Antiguo y valeroso, qual lo muestra La mano de que estás estropeado. Bien que en la Naval dura palestra Perdiste el movimiento de la mano Izquierda, para gloria de la diestra. Y que aquel instinto sobrehumano Que de raro inventor tu pecho encierra, No te le ha dado el padre Apolo en vano.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando