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Actualizado: 10 de mayo de 2025


Manzanares, con el rostro verdoso y una sonrisa feroz, tartajeaba su protesta. ¡Pero a usted quién le mete!... ¡Usted qué sabe! Espérese, amigo dijo Isidro ; yo también me voy. Estas señoritas tendrán que hablar entre ellas de sus asuntos. Señalaba a dos compañeras de Marcela que arreglaban sus sillones para tenderse en ellos, fatigadas sin duda de la ascensión desde los camarotes a la cubierta.

Tenía doña Luz dos primorosos escritorios antiguos, con cajoncitos y columnitas, llenos de incrustaciones de marfil, ébano y nácar; cómodos sillones y sofás; una chimenea francesa mejor construida que las otras que había en la casa; espejos, cuadros bonitos y un armario lleno de libros lujosamente encuadernados.

Junto a los tabiques de la cubierta de paseo alineábanse los sillones de los pasajeros, pero con una alineación caprichosa, mostrando en lo alto de los respaldos los nombres de sus dueños escritos en tarjetas. Esta rotulación parecía darles una personalidad, un alma. Permanecían agrupados o solos, tal como los habían dejado sus poseedores el día anterior.

Al poco trecho, el bufón llegó á una puerta, tiró de un cordel y la puerta se abrio; siguióle Juan Montiño, el bufón cerró la puerta y subió por unas escaleras, seguido del joven, á un hermoso recibimiento, y de allí á una sala ricamente alhajada. Sobre los sillones había algunos trajes relumbrantes, á todas luces trajes de teatro, y sobre una mesa joyas en desorden y botes de perfumes.

Iba a abrirse el antiguo coliseo con la Compañía de ópera remendada, y las de Oliva no podrían ir los jueves y domingos a lucir sus gracias, enhiestas en sus sillones con almohadón, a la orilla del antepecho de su palco, como grullas tiesas y melancólicas a la margen del mar. El pariente difunto era un tío segundo; pero era marqués.

¿Estáis mirando mis muebles? preguntó alegremente el intendente . , Marta, no tendremos que comprar muchos para instalar nuestra casa. Todo lo que veis aquí me pertenece. Un buen escritorio, magníficos sillones, ¿no es cierto? Marta trató de sonreír y preguntó con fingido buen humor: Me imagino que este cofre será el mueble principal de la casa. ¿Es sin duda en el que guardáis las economías?

Dícenme que es muy elegante llevar así el cabello, largo y empastado, como una peluca natural, si caben juntos los dos términos. Para terminar el tocado se ponen una espesa capa de vaselina, a fin de que brille mucho el pelo, única cosa brillante en sus cerebros. Después, cuando van de visita, dejan en los respaldos de los sillones y almohadillas la huella de sus peinados.

Durante la primavera y el verano reuníanse los Cuarenta y cinco en el vestíbulo de la sociedad y parte de la calle, sentados en sillones de junco, a esperar los telegramas de las corridas. Creían poco en las opiniones de la prensa; además, necesitaban conocer las noticias antes de que saliesen en los periódicos.

Aquella Arcadia la veía don Álvaro con ojos acariciadores; en aquella casa tenía el teatro de sus mejores triunfos; cada mueble le contaba una historia en íntimo secreto; en la seriedad de las sillas panzudas y de los sillones solemnes con sus brazos e ídolos orientales, encontraba una garantía del eterno silencio que les recomendaba.

De esta guisa, como lacayos de casa real, servían las bateas de manzanilla a los ricos señores, algunos de los cuales habían suprimido la corbata. Por las tardes, al presentarse el decano, el ilustre marqués de Moraima, los socios formaban círculo en profundos sillones, y el famoso ganadero ocupaba un asiento más alto que los otros, a modo de trono, desde el cual presidía la conversación.

Palabra del Dia

bagani

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