Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 14 de mayo de 2025
Ensalzaba con orgullo el poder seductor de su esposa; pero la realidad se sobrepuso muy pronto á esta admiración. Volverán dijo con tristeza . Se han ido, pero volverán mañana... También Elena ha visto á ciertos amigos poderosos que inspiran á los periódicos ó tienen influencia sobre los jueces.
Supongamos que Ana consentía en hablar con don Álvaro a solas, ¿dónde podía ser? ¿En casa del Regente? Imposible, pensaba el seductor; esto ya sería una traición formal, de las que asustan más a las mujeres; semejantes enredos no podía admitirlos la Regenta: por lo menos al principio.
La naturaleza, en sus producciones más escogidas, nos presenta á menudo estas crueles mistificaciones. Por otra parte, esto me importa muy poco. Comprendo perfectamente que estoy destinado á jugar en la imaginación de la señorita Margarita el papel que podría representar en ella un negro, objeto, como se sabe, muy poco seductor para las criollas.
La señora y el caballero, acompañados de un escribano y de numeroso público, acudieron al templo donde había de verificarse el extraño juício, consintiendo en aquella prueba el seductor, pues, como dice Sánchez Gordillo: «Al caballero le pareció que así no le había de convencer, porque la imagen no había de contestar por milagro.»
Uno de ellos, cierto almacenista de camas que solía acercarse a la mesa de vez en cuando, se atrevió a decir respetuosamente: La verdad es que esa mujer, en mi pobre opinión, no le conviene a usted, señor Romadonga. ¡Ya lo creo que no me conviene! exclamó el seductor con furia. ¡Vaya una noticia que usted me da!
Antes la tentación era bella por el contraste, por la hermosura dramática de la lucha, por el placer de la victoria; ahora no era más que formidable; detrás de la tentación no estaba ya sólo el placer prohibido, desconocido, seductor a su modo para la imaginación; estaban además el castigo, la cólera de Dios, el infierno.
Por lo demás, yo sólo prometo a usted hablar a Inesita y contarla todo lo que usted me ha dicho, lo de «Los Chajales», que es seductor, y lo de vivir con usted una vez casada, que aun es mucho más seductor que «Los Chajales». Respecto a influir en su espíritu, ya no respondo; eso es muy delicado, pues si no fuera todo lo feliz que merece, mi tormento duraría toda mi vida.
Una hora antes había estado en casa de su querida. Con sarcasmo mefistofélico pasó largo rato hablándole de planes para lo porvenir, prometiendo llevarla pronto a vivir consigo y viajar con ella algunos meses y comprarla una magnífica cama que juntos habían visto en un escaparate de la calle de Alcalá. Estuvo jocoso y seductor como nunca.
A su amor estuvieron ligadas las figuras más ilustres: el conde de Clermont, rico como un príncipe oriental, el valiente Marteille, muerto en el campo de batalla; el marqués de Lourdis, pendenciero y libertino; y vió á sus pies á Vitry, á quien llamaban «el hermoso pastor», y al caballero de Rieux, de belleza apolina, y al brillante duque de Richelieu, seductor irresistible, cuyos tacones colorados habían pasado por todos los boudoirs nobles de la Corte, y conoció también al veterano Gruer y al músico Royer, ante quienes, una noche de locura, ella y otras dos célebres bellezas de la Opera representaron «El juicio de París»...
El seductor se cansa pronto de la víctima, y se dispone á faltar á sus falsas promesas; en el viaje marítimo, que para realizarlas emprenden ambos á Valencia, domicilio del libertino, abandona á la desdichada en una roca desierta, después de darle una bebida soporífera. Al despertar se encuentra sola en medio del mar, conoce el engaño y su sacrificio, y se desespera sin consuelo.
Palabra del Dia
Otros Mirando