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Actualizado: 21 de junio de 2025


Consagrado el artista sevillano al desempeño de su cargo y á la composición de sus obras, querido y estimado de todos y recibiendo con frecuencia no pocas pruebas de distinción de personas encumbradas, falleció en la ciudad que le vío nacer el 8 de Noviembre de 1599, si bien otros autores señalan la fecha de 1600.

Mas una legión de ninfas y de amores que retozan en aquel instante por la pomarada de D. Félix asoman su cabeza por encima de las paredillas y de las zarzas que la recubren para contemplar á la gentil aldeana, señalan con el dedo sus labios de cereza, sus ojos negros brillantes, su marcha airosa, cuchichean y sonríen. ¡Allá va Flora!

Al siguiente año se alumbró la huerta con gas; y como á sus fulgores se veía muy claro, presentáronse las damas, muy compuestas, á las nueve; no empezaron á bailar hasta las diez; las más rendidas lo dejaron á las doce..., y subió la cuota á treinta reales. Estos despilfarros puede decirse que señalan el comienzo de la era moderna de los bailes campestres de Santander.

En cuanto á la manera de ser de aquellos habitantes, á los primeros pasos que se dan en el origen de algunas leyendas que aún relata el país, encontramos los comprobantes que señalan un pueblo que ha tenido dentro de su constitución el feudalismo absoluto, y por consiguiente, una marcada división de clases.

Que precisamente por serlo desde la infancia está autorizado... ¿A pegar?... Yo no te pego; te hago una observación amistosa. ; a ti te pasa lo que a esos chicos a quienes se les ha dicho que no deben señalar con el índice y señalan con el anular o con el meñique; pero señalan con el dedo...

Hánse descubierto con este viage y registro varias falsedades que tienen los derroteros de algunos viageros extrangeros, porque en cuanto á los rios que ellos señalan, se ha visto ahora que son imaginarios, y que á lo mas solo debe de correr agua por ellos en tiempo de lluvias y nieves: con que queda claro, que desde el rio del Sauce, que es el que otros llaman el Desaguadero, no hay ningun otro rio hasta el estrecho de Magallanes.

Allí, la cruz que se alza entre la revuelta maleza que crece en el misterioso mundo de los muertos, recuerda la memoria de pasadas generaciones; las sombrías rejas del presidio, señalan en sus dobles hierros, la satisfacción que da á la tranquilidad individual, la pública vindicta; la campana que á la oración de la tarde, pesadamente dobla sus bronceados ecos, indica en la religión, el más allá que enseña el santo suelo sobre el que se eleva el pardusco torreón, á cuyos cimientos se aquilata la pequeñez de la vida, en la amarga verdad de una tumba que carcome el tiempo, y una cruz que pudren las aguas, únicos y miserables girones de los recuerdos, que cual el sér que cubrieron, bien pronto pasarán al polvo y al olvido.

Desde sus viviendas suntuosas unos hombres de la nada, hijos de labriegos y menestrales, me señalan con el dedo á sus vecinos haciendo escarnio de mi figura y mi pobreza. ¡Qué vamos á hacer! La lucha es imposible, amado primo. Á la aristocracia sucede la plutocracia. Pero ésta pasará también, consolémonos con ello. Sufre, pues, con paciencia que profanen tu hermoso asilo.

Si tratan una cuestion difícil y complicada, la simplifican y allanan tomando un punto de vista elevado, fijando una idea principal que comunica luz á todas las otras; si se proponen contestar á una dificultad, señalan la raíz del error, y destruyen con una palabra toda la ilusion del sofisma; si emplean la síntesis, aciertan desde luego en el principio que ha de servir de base, y de un rasgo trazan el camino que se ha de seguir para llegar al resultado que se desea; si se valen del análisis atinan en el punto por donde debe empezar la descomposicion, en el resorte oculto, y de un golpe por decirlo asi, nos abren el objeto, nos ponen de manifiesto sus interioridades mas recónditas; si se trata de una invencion, mientras los demás están buscando acá y acullá, ellos hieren el suelo con el pie, y dicen «el tesoro está aquíNada de dilatados raciocinios; nada de rodeos: pocos pensamientos, pero fecundos: pocas palabras, pero en cada una de ellas engastada una perla de inmenso valor.

Muchos de los que frecuentan el Casino de Monte-Carlo señalan á un gran señor de origen ruso, y afirman que es el príncipe Lubimoff de LOS ENEMIGOS DE LA MUJER. En un cementerio que existe junto al camino de Monte-Carlo á La Turbie, muestran la tumba de la duquesa Alicia.

Palabra del Dia

rigoleto

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