Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 25 de noviembre de 2025
Quando estuviéron cerca de la sala del trono, preguntó Cacambo á uno de los oficiales principales como habian de saludar á Su Magestad; si hincados de rodillas ó postrados al suelo; si habian de poner las manos en la cabeza ó en el trasero; si habian de lamer el polvo de la sala; finalmente quales eran las ceremonias.
Mesía al saludar humillaba los ojos, cargados de amor, ante los de ella imperiosos, imponentes. Sintió flojedad en el espíritu. La sequedad y tirantez que la mortificaban se fueron convirtiendo en tristeza y desconsuelo....
Como á Robledo no le interesaba la maligna conversación de las dos señoras, y menos aún el talento poético de la dueña de la casa, aprovechó un momento en que ésta le volvía la espalda para saludar á sus admiradores, y pasó al gabinete donde había estado antes.
Me sentí tentado á caer de rodillas ante aquella majestad cuya suprema hermosura me ofrecia la mejor imágen, la única bastante expresiva de la suprema prevision, sabiduría y bondad y el inagotable amor de Dios.... Me parecia sentir que en la delicia de mi sangre y en la muda adoracion de mi alma se resumian todos los estremecimientos de la vida orgánica de la Creacion al saludar la aparicion del astro portentoso....
Una mujer en quien antes no había reparado y que estaba ocupada en el fondo de la cocina se volvió bruscamente, y sólo por la visible emoción que demostró la dama adivinó el inspector general que tenía enfrente a Miguelina... Respiraba penosamente, bajaba los ojos, retorcía con gesto maquinal las puntas del pañuelo que tenía en la mano y acabó por saludar sin despegar los labios.
Una linda rubia de ojos negros daba puntapiés con sus zapatitos de raso blanco al galán que la llevaba abrazada, en castigo quizá de algún desmán, mientras otra muchacha se volvía á menudo para saludar con la mano á unos jóvenes que miraban desde un palco, lo cual mortificaba mucho á su pareja.
Eran más de las once, y ella iba á dar su paseo diario por la avenida del Bosque de Bolonia para saludar á las personas conocidas y verse saludada por ellas. Se presentó vestida con una elegancia indiscreta y demasiado ostentosa, que parecía armonizarse con su género de hermosura.
Con que una muchacha prefiera a otro, ¿verdad? No señor, no es eso; entre nosotros hay ciertas leyes... Lo que en otro cualquiera no es cobardía, pongo por caso, en uno de nosotros lo es... Luego hay el espíritu de cuerpo... Si los compañeros saben que V. no ha quedado encima en cualquier cuestión, le dejan de saludar y le obligan a salirse del cuerpo... La verdad es que la milicia es una cosa muy seria, y que no se puede jugar con ella.
Entró con paso decidido, sin saludar a nadie, seguido del perro, que olisqueaba sus piernas con gruñido cariñoso, y fue rectamente a ocupar la silla vacía junto a Margalida: el lugar reservado a los pretendientes. Al sentarse se echó atrás la capucha y fijó sus ojos en la muchacha. ¡Ah! gimió ésta, pálida, con los ojos agrandados por la sorpresa.
Esta costumbre inmemorial traducida en precepto, consistía en pasar muy cerca por la popa de la capitana, saludar á la voz y con trompetas, dar cuenta de ocurrencias y recibir la orden . De ella hablaba el cronista del emperador Carlos V al narrar el primer viaje que desde Flandes á España hizo en 1517 con armada de 52 bajeles, diciendo era espectáculo en verdad majestuoso contemplar aquellas naos soberbias como otros tantos castillos, obedientes á la voz del soberano; á la hora de la amanecida sobre todo, cuando una á una pasaban por la popa de la Real á dar el buen viaje con ciertas voces al son del pito del contramaestre, y cañonazos.
Palabra del Dia
Otros Mirando