Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 22 de junio de 2025


La casualidad, o la Providencia, que acaso sean hermanas sin saberlo, hizo que la duquesita y Manuela se enamorasen y casaran casi al mismo tiempo, hacía mil ochocientos setenta y tantos. Sin duda el amor, que no distingue de jerarquías ni clases, les rozó simultáneamente con sus alas. Algo así debió de suceder, porque ambas fueron madres con diferencia de unas cuantas horas.

Jamás asomó entre ellos el punzante deseo, la audacia de la carne. Marchaban por el camino casi desierto, en la penumbra del anochecer, y la misma soledad parecía alejar de su pensamiento todo propósito impuro. Una vez que Tonet rozó involuntariamente la cintura de Roseta, ruborizóse como si fuese él la muchacha.

La tercera flecha rozó el seco tronco y penetró profundamente en la tierra, á dos pulgadas de aquél. ¡Soberbio! exclamó el mutilado arquero. ¡Aprended, muchachos, que este es buen maestro! Á fe mía que si empezara á hablaros de arcos y ballestas no acabara en todo el día, dijo Simón.

Los dos primeros no le acertaron, pero dieron en el tubo, y el tercero rompió la botella en mil pedazos. Supuse que con aquello se daría por satisfecho, pero siguió disparando contra el tubo hasta vaciar su arma, el último de cuyos proyectiles me rozó los cabellos. ¡Ah del puente! gritó una voz con gran regocijo mío. ¡Un momento! exclamaron Ruperto y De Gautet, echando a correr.

Todos le contemplaban curiosamente y sin quitarle ojo, excepto Pedro, el cual, ajeno totalmente al espectáculo, se ocupaba en sacar el cartucho quemado de la escopeta y en arreglar sus llaves. Una llama brotó súbito de la hierba y rozó el hocico del animal, que sacudió la rama con violencia. Ya le come, ya le come, por do más pecado había dijo riendo el cura.

Pero el peligro parecía atraer á éste, que contestó con dos estocadas á fondo, rapidísimas, la segunda de las cuales apenas pudo parar Tránter, y al trazar el quite su espada rozó la frente de Roger, tanto se había aproximado éste.

Su enemigo, le esperó serenamente hasta una distancia de quince pasos. Y ya con la seguridad de volcarle, porque era un tirador consumado, disparó. La bala rozó la mejilla del joven, levantándole la piel y haciéndole sangre. Detúvose un instante, y siguió avanzando. Los padrinos empalidecieron terriblemente.

Entonces exhaló un suspiro de alivio, como si descubriera de improviso lo ventajoso que era para ella y para su familia ese lúgubre acontecimiento. En la tierna caricia con que rozó el rostro de la muerta había un agradecimiento sincero. En el mismo instante el viejo médico entró precipitadamente en la habitación.

Distábamos ya de la esquina quince ó veinte pasos, y aunque estábamos segurísimos de que no podiamos verla, volvimos el rostro. Otro tanto habrá hecho Luisa. Al pasar tocando con nosotros, su vestido rozó instantáneamente por mi pantalon, y sentí un estremecimiento convulsivo. Si yo fuese jóven y soltero, llegaria á enamorarme frenéticamente de esa mujer; esa mujer podria tiranizarme.

Emilita, confusa y avergonzada, con las mejillas convertidas en dos brasas, se acercó vacilante al heroico capitán de Pontevedra, fértil en toda clase de astucias, y le rozó con el carmín de los labios la tierra amarillenta de sus mejillas.

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando