United States or India ? Vote for the TOP Country of the Week !


En el orden interno del escritorio, don Eleazar era de una severidad que rayaba en crueldad; jamás una licencia, un respiro, un descanso para sus dependientes.

El plazo tan pronto me parecía muy corto como se me antojaba muy largo. Creo que hubiera deseado tanto experimentaba la necesidad de pertenecerme que aquel exiguo respiro nunca tuviera fin. Volví el otro día y los siguientes y hallé el mismo reposo y la misma seguridad. Recorrí toda la casa, visité el jardín, senda por senda; Magdalena estaba por doquier.

Esas cosas se suponen siempre por el público entre primos como vosotros, o las dan por supuestas y se las espetan a los interesados, con distintos fines, marimachos imprudentes como Rufita González. Durante estas tareas, los de Peleches, antes de subir a casa, tomaban un respiro en la botica y echaban un párrafo con los boticarios sobre las gentes y las cosas recién vistas y pasadas.

Revolvió Teresa todo su cuarto, buscando en el fondo de las arcas, rasgando lienzos, desliando vendas, mientras la muchacha lavaba y volvía á lavar los labios de aquella hendidura sangrienta que partía como un sablazo el carnoso hombro. Las dos mujeres atajaron como pudieron la hemorragia, vendaron la herida, y Batiste respiró con satisfacción, como si ya estuviese curado.

Este llegó a ser tan intenso, que no había respiro entre golpe y golpe. A Benina la tocaron los proyectiles en partes vestidas, donde no podían hacer gran daño; pero Almudena tuvo la desgracia de que un guijarro le cogiese la cabeza en el momento de volverse para increpar al enemigo, y la descalabradura fue tremenda.

Apresuró el príncipe sus operaciones de limpieza. Sentía la necesidad de salir, como si sus jardines le pareciesen estrechos. A lo lejos sonaban las campanas de Monte-Carlo, más lejos aún respondían las de Mónaco, y este repiqueteo hacía vibrar la frágil y clara atmósfera como una copa de cristal. Bajó las escaleras lentamente, procurando no hacer ruido, y al llegar á la verja respiró satisfecho.

Yo respiro libre, ancha y desembarazadamente, y todo el aire del Arabistán bastará apenas para el pecho mío. ¡Oh cuán dulce es mirar de aquí con todo el alcance de su vista! Mis ojos se engrandecen, se fortifican y alcanzan más allá de los límites del horizonte. ¡Oh cuán dulce es extender aquí mis brazos franca, poderosamente y en toda su extensión!

Cuando hubo concluído su largo discurso, un poco incoherente, que parecía más bien un monólogo, el duque se levantó bruscamente. Vaya, Julianito, me voy de aquí al Banco. Al mismo tiempo sacó otro cigarro de la petaca, y sin ofrecerle, porque no fumaba, lo encendió por fórmula, pues los dejaba apagarse en seguida para seguir mordiéndolos. D. Julián respiró con satisfacción.

D.ª Fredes le miró con indulgencia y respondió que aunque se viese en la miseria jamás enajenaría al extranjero esta gloriosa colección. Con lo cual respiró libremente la tertulia. Se la felicitó calurosamente por su desinterés y patriotismo. Mario se había hallado en bastantes tertulias de todas clases, pero jamás viera una que se pareciese remotamente a la presente.

Y embriagado cada vez más por la luz meridional y aquellos perfumes primaverales en pleno invierno, torció por una callejuela, dirigiéndose al campo. Al salir del antiguo barrio de la Judería y verse en plena campiña, respiró con amplitud, como si quisiera encerrar en sus pulmones toda la vida, la frescura y los colores de su tierra.