Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 8 de junio de 2025


Otras veces caminaban casi á ras del agua. El Tritón mostró á su sobrino cavernas olvidadas, en las que se introducía el Mediterráneo con lentas ondulaciones. Eran á modo de cuadras marítimas, donde podían anclar los buques, permaneciendo ocultos á todas las miradas. Allí habían escondido muchas veces sus galeras los berberiscos, para caer inesperadamente sobre un pueblo cercano.

Bajan por unas gradas de piedra á una segunda sección del cementerio, escalonado en la montaña. En esta meseta sólo hay tumbas á ras del suelo, losas sepulcrales guardadas por un rectángulo de cadenas ó simplemente con orlas de flores. Un instinto estético parece influir en la parquedad de los ornamentos.

Podeley, cuya fiebre anterior había tenido honrado y periódico ritmo, no presagió nada bueno para él de esa galopada de accesos casi sin intermitencia. Hay fiebre y fiebre. Si la quinina no había cortado a ras el segundo ataque, era inútil que se quedara allá arriba, a morir hecho un ovillo en cualquier vuelta de picada. Y bajó de nuevo al almacén. ¡Otra vez vos! lo recibió el mayordomo.

¿Es la luna? preguntó en inglés señalando una leve mancha láctea a ras del horizonte. Tal vez respondió Fernando en el mismo idioma . Pero no... Creo que la luna sale más tarde. Y tras este cambio breve de palabras, que recordaba los diálogos incoherentes de un método para aprender lenguas, los dos se vieron súbitamente aproximados.

Gentes del otro hemisferio ojeaban impacientes el horizonte, creyendo ver asomar a ras del agua la famosa Cruz del Sur... No se distinguía aún; pero dentro de cuatro o cinco días la verían elevarse majestuosa en el firmamento. Y muchos parecían entusiasmados con esta esperanza, como si al contemplar la constelación admirada desde su niñez se creyesen ya en sus casas. La noche era calurosa.

Entre ambos promontorios, á ras del agua, venían á encontrarse las dos escolleras nuevas que cerraban el puerto, con dos torrecillas octógonas que flanqueaban la boca, rematadas por linternas de faro: la una de vidrios verdes, la otra de vidrios rojos. El coronel se dió un golpe en la frente y sonrió á su compatriota: ¡Ah, , ya recuerdo!... Dice que el Casino y el Museo forman un símbolo.

Minutos nada más, pues su respiración de nadador sólo podía alcanzar este límite... Por eso experimentó asombro al ver los grandes cambios realizados en un paréntesis tan breve. Creyó que ya era de noche. Tal vez en las capas superiores de la atmósfera brillaban aún las últimas luces del sol, pero á ras del agua no había mas que una claridad crepuscular, un débil resplandor de bodega.

De vez en cuando, a ras de la líquida superficie, surgía una mancha negra; las crestas de los cañaverales inundados; las copas de los árboles; vegetaciones extrañas y monstruosas que parecían enroscarse en la sombra. El silencio era absoluto. El río, libre de la opresión de la ciudad, no mugía ya; se agitaba y arremolinaba en silencio, borrando todos los vestigios de la tierra.

Pero el señor Manolo y su amigo no distinguían nada. Isidro, con la pierna dolorida, despreciando los tropezones, como si ya no le pudieran ocurrir peores males, caminaba con los ojos puestos en Venus, que lucía en el horizonte. Al subir una cuesta, el astro remontábase en el cielo; cuando bajaban, hundíase, hasta quedar al ras de la colina de enfrente.

Era un crimen premiar aquel amor tan intenso introduciendo en su futura existencia algo que pudiese afrentar a Rafael, tan bueno, tan noble, tan amoroso. Se hizo un largo silencio. El sol había desaparecido. Ahora el negro ramaje del olivar se destacaba sobre un cielo de color de violeta, con una leve franja de oro a ras del horizonte.

Palabra del Dia

vorsado

Otros Mirando