Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 14 de julio de 2025
Yaguaí no estaba allí. Yaguaí avanzó por éste, no obstante; y un momento después lo mordian en una pata, mientras rápidas sombras corrían a todos lados. Yaguaí vió lo que era; e instantáneamente, en plena barbarie de bosque tropical y miseria, surgieron los ojos brillantes, el rabo alto y duro, y la actitud batalladora del admirable perro inglés.
»Está muy versado en el ejercicio de la profesión De-Hinchú, que siguió por algunos años, hasta que se hizo sobrado grande para entrar en la manga de su padre, o bailar en un sombrero. El dinero que tan generosamente le fue entregado lo he gastado en su educación; ha leído de cabo a rabo los Clásicos, pero creo que sin gran provecho: sabe poco de Lao-Tsé y absolutamente nada de Confucio.
Cada día le nace una nueva cabeza y un rabo nuevo a esta idea execrable. Isidora, sin esperanzas de encontrar a su hermano, toma el tren y se va a Santander, donde llama la atención y se hacen acerca de ella novelescos comentarios. Ministerio Salmerón. Septiembre. Cartagena, excursiones de las fragatas. ¡Oh!
Pero tanto la sermonean.... La madre es una rata de Iglesia; frecuentan su casa, como sabes, multitud de clérigos que, según dicen, le tienen trastornado el juicio. Le han llevado el cuento de que tú eres un revolucionario impío; que insultas á Dios y á la Virgen en tus artículos; que estás excomulgado, y que debes de tener rabo, como los judíos.
Deliró. «Soñaba que él era de cal y canto y que tenía una brecha en el vientre y por allí entraban y salían gatos y perros, y alguno que otro diablejo con rabo».
El tal ojo quedaba a larga distancia de su sitio natural, o, cuando más, caía grotescamente en el vientre o el rabo. Isidro seguía imperturbable, manoseando hermosos brazos con aire paternal, guiando los bustos perfumados con protectora suavidad.
Una capa se tendió entre la fiera y la víctima, un trapo casi pegado al testuz por unos brazos vigorosos que pretendían cegar a la bestia. Era el Nacional, que, a impulsos de la desesperación, se arrojaba sobre el toro, queriendo ser cogido por éste para librar al maestro. La bestia, aturdida por el nuevo obstáculo, se lanzó contra él, volviendo el rabo al caído.
Entre esposos debe haber siempre la mayor confianza, ¿no es eso? En cuanto hay secretos, adiós paz del matrimonio. Pues bueno; ella quería leer de cabo a rabo ciertas paginitas de la vida de su esposo antes de casarse. ¡Como que estas historias ayudan bastante a la educación matrimonial!
En una de estas vueltas, salió Ballester a la puerta de la botica y le llamó con gesto imperativo: «Aquí pronto... ¡Me gusta...! Venga usted aquí». En actitud semejante a la de un perro que ante el palo de su amo agacha las orejas y arrastra el rabo por el suelo, entró Rubín en la botica diciendo a su regente: «Buenos días, amigo Ballester. No le había visto. Iba a tomar un poco el aire.
Estando durmiendo en el campo contestó José , se le vino acercando una culebra; pero apenas la vio venir un lagarto, que estaba en el vallado, salió a defender al tío Miguel y empezaron a pelearse la culebra y el lagarto, que era tamaño y tan grande. Pero como el tío Miguel, ni por esas despertaba, el lagarto le metió la punta del rabo por las narices.
Palabra del Dia
Otros Mirando