Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 24 de junio de 2025
El otro, a quien podemos llamar el Roto de la Mala Figura -como a don Quijote el de la Triste-, después de haberse dejado abrazar, le apartó un poco de sí, y, puestas sus manos en los hombros de don Quijote, le estuvo mirando, como que quería ver si le conocía; no menos admirado quizá de ver la figura, talle y armas de don Quijote, que don Quijote lo estaba de verle a él.
Lo que habían padecido aquellas pobres figuras en los últimos días, arrastradas de aquí para allí, puestas en esta ó en la otra forma, sólo Dios, la mamá y el purísimo espíritu que había volado al cielo lo sabían.
Otro día llegaron al lugar donde Sancho había dejado puestas las señales de las ramas para acertar el lugar donde había dejado a su señor; y, en reconociéndole, les dijo como aquélla era la entrada, y que bien se podían vestir, si era que aquello hacía al caso para la libertad de su señor; porque ellos le habían dicho antes que el ir de aquella suerte y vestirse de aquel modo era toda la importancia para sacar a su amo de aquella mala vida que había escogido, y que le encargaban mucho que no dijese a su amo quien ellos eran, ni que los conocía; y que si le preguntase, como se lo había de preguntar, si dio la carta a Dulcinea, dijese que sí, y que, por no saber leer, le había respondido de palabra, diciéndole que le mandaba, so pena de la su desgracia, que luego al momento se viniese a ver con ella, que era cosa que le importaba mucho; porque con esto y con lo que ellos pensaban decirle tenían por cosa cierta reducirle a mejor vida, y hacer con él que luego se pusiese en camino para ir a ser emperador o monarca; que en lo de ser arzobispo no había de qué temer.
Por lo demás esta atribución de excesiva ternura y aquellas cualidades afectuosas puestas de relieve por Magdalena, no se concordaban muy bien con la frialdad de las apariencias que resultaban de las heladas maneras de Julia. Estaba cansado de hacer conjeturas cuando diversos incidentes que no le digo a usted me abrieron los ojos por completo.
Porque, ¿en qué consistían esos deberes si no era en divertirse en tiempo oportuno; en trocar visitas y saludos tan a menudo como era preciso; en dirigirse recíprocamente viejos cumplimientos con frases tradicionales; en dar bromas bien puestas a prueba para no ofender a nadie; en obligar, hospitalariamente, a los invitados a comer y a beber con exceso, en la casa del vecino, para demostrar que se apreciaban sus manjares?
Este canton, situado sobre una colina cubierta de plantas gramineas y de tal cual boscage ralo, se compone de unas cuantas chozas puestas en hilera: sus habitantes, que son los indios quichuas, alcanzan apénas al número de ciento sesenta y cinco. Esta pequeña poblacion disfruta, en medio del pais mas fértil del mundo, de un temperamento húmedo y abrigado, muy agradable por lo tanto.
Mucho concurso llenaba ya la casa cuando llegó el soldado a los umbrales. Las costumbres árabes, alteradas antes que puestas en olvido, y las usanzas castellanas admitidas y siempre repugnadas, daban mucha extrañeza a este festejo.
Vuestras grandezas dejen a este tonto, señores míos, que les molerá las almas, no sólo puestas entre dos, sino entre dos mil refranes, traídos tan a sazón y tan a tiempo cuanto le dé Dios a él la salud, o a mí si los querría escuchar.
Sonose las narices por última vez en la antecámara, y los lacayos temblaron en sus asientos cual si hubiesen oído la trompeta del juicio final. Un criado anunció a M. L'Ambert. Llevaba puestas sus costosas gafas de oro, y sonreía gravemente, cual convenía en semejantes circunstancias.
Y de esta faja, que ondulaba como el galope de un rebaño luminoso, escapábanse fragmentos de oro al encuentro del buque, se deslizaban por sus flancos y huían entre las espumas de las hélices, puestas de nuevo en movimiento.
Palabra del Dia
Otros Mirando