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Actualizado: 23 de junio de 2025
Añadióse el Padre Cristóbal Juan, también de la Compañía de JESUS. A Francisca Forteza, Viuda de Jerónimo Terongí. El Doctor Onofre Morrelles, Rector de la Parroquial de San Nicolás. El Padre Fray Bernardo Rotger, Catedrático de Prima de la Orden de la Merced. El P. Fr. Jerónimo de Balbastro, Maestro de Novicios de Capuchinos. A Pedro Onofre Cortés de Guillermo, alias Moxina. El Rdo. P. Fr.
En cuanto a ti, Ratón Pérez, te has quedado con más narices que un pez espada. Siempre se ha visto contestó el barbero dando tan brusca vuelta a la clavija de su guitarra que saltó la prima que de fuera vendrá quien de casa nos echará. Pero has de saber tú, Romo, que a mí se me da tres pitos. Tal día hará un año; a rey muerto, rey puesto.
A esto, mi tío: a que Blanca y yo, somos partidarias sinceras del matrimonio, y que hemos resuelto poner en práctica nuestras teorías. Y yo, deseo que sea cuanto antes. ¡Reina! gritó mi prima estupefacta con mi audacia. No digo, sino la verdad, Blanca; únicamente diré que tú, te resuelves a esperar un tiempo; pero yo no tengo esa paciencia. ¿De veras, sobrina?
Pues a eso voy interrumpió triunfante don Cayetano . Me ha dicho el chico de Orgaz, que acabó la carrera de médico en San Carlos, que estos últimos años Obdulita servía en Madrid a su prima Tarsila Fandiño, la célebre querida del célebre.... Sí ¿qué? Que le servía de trotaconventos, digámoslo así.
En aquella hora peligrosa no le he parecido á usted heroico, querida prima; confieso que en parte ha tenido usted razón. Hubiera podido mostrarme más caballeresco y colocarme más resueltamente al lado de usted, pero hay que tomar las personas como son.
Poco después entró Antoñita en el dormitorio de Magdalena y el doctor se retiró mientras su hija se disponía a vestirse; y una hora más tarde Antoñita quedaba en el aposento en tanto que su prima y el doctor aguardaban a Amaury en el mismo saloncito donde ocurrió la escena de la víspera.
Y cuando ya andábamos en el papeleo pa casarnos, yo le dije: «Gachí, la casa será para la pobresita de mi mare y mi prima Mari-Crú. Ya que tanto han trabajao, hasiendo vida de perras en las gañanías, que vivan bien y a su gusto una temporadilla.
¿Por qué no hemos de acordarnos?... Y bien que lo hacías tú, gachona; bien ajustadito, aunque te hacía falta un poco de garbo. Calle, calle, hermana, que ya no nos corresponde hablar así. Por la regla del instituto no podían tutearse las hermanas aunque fueran próximas parientas. La hermana María de la Luz no olvidaba jamás este precepto; pero su prima lo infringía a cada instante.
Una noche al levantarse la sesión, Miguel sintió que le tocaban en el hombro; era Valle, el marido de su prima Eulalia, uno de los oradores más importantes a la sazón, no sólo del Ateneo, sino también del Congreso.
Después de una sesión de tres horas en casa de la modista, mi prima, que es muy devota, se fue a confesar; mientras yo acompañada de la sirvienta hice algunas compras. Mi tío habíame dado dinero para que lo gastara en cosas útiles y prácticas; pero ¿querréis creer que no sé darme cuenta de lo útil ni de lo práctico?
Palabra del Dia
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