Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 28 de octubre de 2025


Cantarada, dixo uno, aquí tenemos un gallardo mozo, que tiene la estatura que piden las ordenanzas. Acercáronse al punto á Candido, y le convidáron á comer con mucha cortesía. Caballeros, les dixo Candido con la mas sincera modestia, mucho favor me hacen vms., pero no tengo para pagar mi parte.

Y el alguacil y el escribano piden al hombre y a la mujer sus derechos, sobre lo cual tuvieron gran contienda y ruido, porque ellos alegaron no ser obligados a pagar, pues no había de qué ni se hacía el embargo. Los otros decían que habían dejado de ir a otro negocio que les importaba más por venir a aquél.

Lo repite, por los conocimientos que en los dias de antes de ayer, ayer y anoche ha tocado por mismo, tranquilizando los ánimos de los que con instancia en el pueblo así lo piden: en cuyo caso opina que recaiga en el Exmo. Cabildo, por ahora y mientras se resuelve la manera ó forma de gobierno que haya de constituirse para la seguridad de estas provincias en favor de la soberanía del Sr.

Ilustre amigo dijo el Padre de los Maestros con una voz untuosa , las señoras y señoritas aquí presentes me piden que interceda para que nuestro gran poeta nacional las deleite con algunos de sus versos inmortales.

Señor repuso con humildad la segunda. ¿Hay algo? Lo de siempre. Peticiones de la ambición, exigencias de la codicia, vanidades del amor propio, arrogancias de la soberbia, desafueros de la maldad, sollozos de dolor y bostezos de hambre. A esos hay que atender primero. Señor, es que son muchos los que piden y pocos los que agradecen. No importa.

Sólo las pordioseras que piden limosna se ven privadas de aquel atavío; pero día llegará, al paso que vamos, en que también lo usen. La humanidad marcha, con los progresos de la industria y la baratura de las confecciones, a ser toda ella elegante o toda cursi.

En este supuesto, y en el de no ser historia con las formalidades que piden sus reglas, como de esta provincia la escribió el erudito P. Nicolás del Techo en lengua latina, sólo refiero las regiones en donde se han formado los pueblos de los nuevamente convertidos, y al mismo tiempo se describen sus situaciones, sus genios y sus diversos idiomas, para que se pueda comprender con menos dificultad el asunto de esta pequeña obra; que si se lograse con ella el encender en el corazón de los que ó tienen por instituto la conversión de las almas, ó por fervor cristiano la salvación de los infieles, un celo de dilatar la gloria de Dios en las conquistas del Evangelio, se dará por bien empleado el trabajo de sacarla á la luz pública, sin cuidado de que ó la censura ó la malicia le imponga aquellas acostumbradas notas que en el juicio prudente y cristiano sólo pueden servir para el desprecio y nunca para la atención; ojalá tenga yo muy frecuentes las noticias de estas apostólicas tareas para emplear con nuevo gusto el trabajo de publicarlas para mayor gloria de Dios, que es el fin principal de las Misiones de los Jesuitas.

Los de afuera piden hospitalidad y descanso á los de adentro, cantando la crudeza del tiempo, lo cansado de sus cuerpos y los sufrimientos de su espíritu, hasta que compadecidos los dueños de la casa abren las puertas y una vez que judíos, moros y cristianos fraternizan, se canta la pasión y después se cena. Este solo cuadro de costumbres, podría llenar un libro.

Y como esta alma no ha de ser vulgar, adocenada ó vacia, sino que ha de estar rica de ideas, de doctrinas y de sentimientos elevados, y han de encerrarse en ella los obscuros enigmas que piden explicación y los temerosos y hondos problemas que se presentan á la humanidad para que los resuelva; todo esto, que está contenido en el alma del autor ó del poeta, aparecerá también y se reflejará en su obra, donde él pone toda su alma.

Que ese hombre ha herido malamente á don Rodrigo Calderón. ¿Y á ti qué te importa? Luisa, todo lo que soy, lo debo á don Rodrigo. Bueno es ser agradecidos, pero cuando no nos piden imposibles. Nada hay imposible cuando se ama. Don Rodrigo no puede pedirte tanto. Debo á don Rodrigo el no haber dado en la horca. ¡En la horca ! ¿y por qué? Por una calumnia.

Palabra del Dia

estrenaríamos

Otros Mirando