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Decoraba tan tétrica pieza una mesa-escritorio, y sobre ella un tintero de cuerno, un viejísimo bade de suela, no cuántas plumas de ganso y una caja de obleas vacía.

El Capitán sacó fuego con el eslabón y el pedernal y encendió una pajuela que se halló en el bolsillo. Reconoció la casa, y la encontró enteramente vacía y desierta. Mejor para nosotros dijo . Pasaremos aquí el resto de la noche, y dormiremos perfectamente. Retiraremos las escalas dijo Cornelio. Ya se lo he prevenido a Horn.

Todo continuaba lo mismo: las luces ardiendo, derramando en copiosos chorros la blanca cera sobre las arandelas; las imágenes en el propio sitio, sin mover brazo ni pierna ni desplegar sus austeros labios; la mujer sumida plácidamente en un sueño que debía saberle á gloria; todo seguía lo mismo, menos la caja azul, que se había quedado vacía.

¡Y qué lindo es! ¡qué nuevo! repetía la nena hondamente impresionada ante el flamante baúl, que fue puesto en el cuarto de Melchor, y contemplado escrupulosamente por toda la familia. Cuando Melchor quedó solo, abrió el baúl para empezar la tarea de preparar su viaje, aproximó una silla y sentado en ella quedó contemplando la luciente caja vacía.

El amang-cruz. Una casa vacía y una casa provista. El habiling. Calabazas en redondo. Influencia de los mayores. Rencor indio. Los picos quemados de una carta. La gayuma y el jonjon. Aceptación del habiling. De novio á marido. El pag-haharap. Ceremoniales. La vuelta á la casa. Novenario.

Después de echar un vistazo detrás del castillo, se decidió por el patio, limpio de árboles. Colocaría á los contendientes de modo que sus figuras no resaltasen sobre un fondo de pared. Lewis, á pesar de sus prisas, creyó necesario hacer los honores de la casa. «¿Una copa de whisky?...» Como no le habían dado tiempo para prepararse, y él habitaba ahora en Monte-Carlo, su despensa estaba vacía.

Pero aquel dia, en que el calor fué extraordinario, habiéndose retirado Amestoz mas temprano se acostó en la hamaca mientras volvia su amigo. Cogióle el sueño, y Bolívar á su llegada, por no molestarle, ocupó la cama que estaba vacia. Este cambio casual le salvó la vida.

Se pasan apuros; pero vamos viviendo. Un día andamos mal y al otro llueven provisiones. Cuando veo la despensa vacía, me echo a la calle, como dicen los revolucionarios, y por la noche ya llevo a casa la libreta para tantas bocas. Y hay días en que no les falta su extraordinario, ¿qué creían ustedes? Hoy les he dado un arroz con leche, que no lo comen mejor los que me oyen.

Recordé el inmenso cuidado que había tenido con esa bolsita que yacía vacía sobre la mesa, y la negligente confianza con que me la había mostrado esa noche en que no era más que un vagabundo sin hogar que andaba recorriendo los caminos en busca de los molinetes. Mientras la tenía en su mano mostrándomela, había visto brillar sus ojos con una luz viva de esperanza y anticipación.

Los pigmeos la habían dejado vacía después de llevarse las seis columnas de hierba prensada, obscura y picante que contenía su interior, tan altas como sus cuerpos. Esta caja iba á ser el féretro de la dulce Popito. Empezaba á ponerse el sol, cuando Gillespie pasó á la popa con la cajita en su diestra.