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Actualizado: 8 de junio de 2025
Mi padre añadió Beatriz, siendo un mancebillo, marchose a la guerra. Esto lo digo sólo por aguijaros. Desde ya me obligo; pero no crea ninguno que he de padecer en la guerra más que aquí, ni que han de ser en ella más arduos los peligros, ni más duros los cautiverios, ni más propincua la muerte. Incomprensible os volvéis.
Es un hombre sensible y caritativo que no deja padecer a los pobres.» La mujer no dijo nada, pero me miró con extrañeza, y sin hablar de Montbreuse empezó a bendecir a las buenas almas que la amparaban. Los nombres de la señora priora y de Adela, estrechamente unidos en un reconocimiento, acudieron muchas veces a sus labios con tal convicción que yo no podía dudar de su sinceridad.
¡Gran Dios! ¿qué había hecho él para padecer tanto? ¿No era un hombre bueno?... Sintióse cada vez más anonadado por el dolor. Allí se quedaría clavado en el ribazo; podían venir sus enemigos: no tenía fuerzas para coger la escopeta caída á sus pies. Resonó en el camino un lento campanilleo, poblando la obscuridad de misteriosas vibraciones.
Pues en verdad que no te he dar este contento; que, puesto que los agravios despiertan la cólera en los más humildes pechos, en el mío ha de padecer excepción esta regla. Quisieras tú que lo diera del asno, del mentecato y del atrevido, pero no me pasa por el pensamiento: castíguele su pecado, con su pan se lo coma y allá se lo haya.
Contrajo de esta suerte una fiebre tan brava, que en menos de una semana le privó de todo movimiento. Yo no hallé cosa mejor que cargarle sobre una mula y traelle a este Convento del Rosario, donde, después de largo padecer, ha fenecido anoche a las nueve, edificando a los religiosos con sus acentos de humildad y de sublime confianza en la misericordia de Dios.
Después de haber expresado este sentimiento desfavorable para el comercio, que doña Gertrudis en su fuero interno hacía extensivo también a la industria y en general a todas las artes mecánicas, cerró de nuevo los ojos con un gesto de dolor, y siguió de esta manera: Lo que siento, hijo mío, es que no os he de ver casados y que por mi causa tendréis que dilatar la boda... Me encuentro muy mal, muy mal... El corazón me dice que me he de morir antes de que llegue el día del matrimonio... Y la verdad es que más vale que me muera si he de padecer tanto...
Viéndose ya en posición desahogada pensó en casarse; pero en aquella misma sazón su prometida comenzó a padecer de la vista y en poco tiempo quedó ciega por atrofia del nervio óptico, enfermedad incurable. ¡Cuánto lloró aquella buena y hermosa joven!
»En seguida me encerré yo en mi dormitorio... a velar, a padecer, a aturdirme con el pensamiento volteando entre las ondas de la tempestad que ya no me cabía en la cabeza. Según lo convenido con mi madre, al otro día, en cuanto el banquero llegó, salí yo sola a recibirle.
No pase V. Md. adelante, que sobre eso pienso ir al Papa y gastar lo que tengo. Bueno es que yo, que soy eclesiástico, había de padecer ese agravio. Yo probaré que las coplas del poeta clérigo no están sujetas a tal premática y luego quiero irlo a averiguar ante la justicia.
Cuando el sol resplandece con todo su brillo, el calor directo y el que reflejan los hielos hacen padecer bastante al viajero: en apariencia hace más calor que en los valles, por la sequedad del aire, privado continuamente de su humedad por la árida superficie del ventisquero.
Palabra del Dia
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