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Actualizado: 13 de mayo de 2025
La devota no había hablado palabra: continuaba como distraída y ajena á todo aquello. Cuando sintió las manos de la que había sido, aunque por poco tiempo, su compañera y amiga, volvió hacia ella la cara cubierta de palidez, y expresando cierta atonía, la miró, y con voz tenue y como indiferente, dijo: "¿Yo?" Calló en seguida.
Un momento después entró ella, encantadora y bella en su traje de luto, con una dulce sonrisa en sus labios y su mano tendida hacia mí, llena de gusto y placer al volverme a ver. Su cara me pareció que expresaba una viva ansiedad, y la palidez de sus mejillas demostraba cuán cruelmente había sido destrozado su corazón por el terror y las penas.
Ya lo creo que es preciso... Poquito que había yo hecho ya. ¡Vaya que la formalidad de usted...! Ambas se pusieron muy serias. Notaban en Moreno palidez mortal, gran abatimiento, y un cierto olvido, extraño en él, de la atención constante que se debe prestar a las señoras cuando se platica con ellas.
Está indicado, como la ignacia y la nuez vómica, en las afecciones del bajo vientre con fenómenos nerviosos, que tienen su orígen en el plexo solar, con la sola diferencia de que hay mas astenia y palidez de los tejidos para el causticum.
Un grito de alegría resonó por todas partes: el alcalde y el cura se levantaron para ir al encuentro del joven; la madre de Carmen se mostró muy inquieta, y ésta se puso a temblar, cubriéndose su rostro de una palidez mortal.... Vamos, niña, le dije, tranquilícese Vd.; debe tener el corazón como una roca ese muchacho si no se muere de amor delante de Vd.
El color de su rostro, propiamente castellano también, era muy pálido, no con esa palidez intensa y calenturienta de las andaluzas sino con la marmórea y fresca blancura de las hijas de Alcalá, Segovia y Madrid. En los ojos negros y grandes había puesto todos sus signos de expresión la tristeza.
¡Ciego, ciego! ¿No ves la palidez de esa niña? ¿No observas el estremecimiento doloroso que corre por su cuerpo? ¡Mira que va a caer! ¡Corre, corre a sostenerla!...
Tristán, Escudero, Barragán quedaron aterrados viendo la palidez cadavérica de aquel hombre, su mirada centellante de fiera acorralada. ¡La prueba! ¡la prueba! repitió apretando el brazo de su cuñado. Dentro de pocos momentos la tendrás.
»No, cuando creí que iba a abrazar a usted. »Al pronunciar estas palabras, que parecían escapadas de sus labios, había en su voz, en su mirada, una expresión que no había notado nunca en él, y que me causó profundo asombro. »¡Carlos! exclamé inclinándome hacia él. »Lanzó un grito de dolor y su rostro se cubrió de una palidez intensa.
Vizcaino Debe ser el tal fraile. Parece varón divino. Bien su palidez lo muestra. Pues jamás tan encendido Tuve el espíritu. Padre, Díganos, pues, á qué vino; Que nos tienen recelosos Sus palabras y el prodigio De entrar cerradas las puertas. Algún engaño imagino De nuestro común contrario; ¡Temblando estoy! Yo apercibo Hisopo y agua bendita, Por si acaso es el maligno.
Palabra del Dia
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