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Actualizado: 5 de junio de 2025
Sólo salen bien, ¿es cierto?, cuando los enfermos se olvidan de tomar vuestros remedios dijo el squire que consideraba a la medicina y a los médicos como muchos hombres lealmente religiosos consideran a la iglesia y al clero. Saboreaba una burla dirigida contra los doctores y su ciencia cuando estaba en buena salud, pero reclamaba su auxilio con impaciencia así que sentía algo.
Luego, satisfecha la curiosidad sobreviene la indiferencia, y los héroes de un día se reembarcan sin otro acompañamiento que media docena de amigos que quedan allá como cónsules de su renombre y encargados de sus negocios. Los únicos que no olvidan son los «doctores», que para convencerse de su propia superioridad, repiten: «No ha dicho nada nuevo.
Las autoridades de los territorios dependemos del gobierno de Buenos Aires, y al vivir tan lejos nos olvidan, y sólo podemos contar con aquello que improvisamos. La crítica del abandono en que vivían los territorios llevó insensiblemente á los dos argentinos á ensalzar por comparación las grandezas del resto de su país.
No olvidan que corre por sus venas la misma sangre y como abuelos indulgentes se sonríen ante las travesuras americanas, hasta el día en que comprendan, con su sentido práctico, que tienen interés en fomentarlas. Entonces la alianza anglo-sajona será un hecho en ambos mundos, y el águila norte americana y el león inglés harán sus rapiñas de concierto.
La franqueza es una virtud cuando no se tienen otras, y la franqueza obligaba a Fortunata a declarar que en la primera temporada de anarquía moral se había divertido algo, olvidando sus penas como las olvidan los borrachos. Su éxito fue grande, y su falta de educación ayudaba a cegarla.
El conde se quedaba. Le vió acercarse como si de repente se acordase de él, tendiéndole su diestra con una afabilidad de camarada. Capitán, muchas gracias. Este servicio es de los que no se olvidan. Tal vez no nos veremos nunca... Pero, por si alguna vez me necesita, sepa quién soy.
París es un buque en peligro, y sus pasajeros olvidan las preocupaciones y rencillas de los días de calma, para buscarse fraternalmente. Sigo su conversación fingiéndome distraído. La madre es pesimista. ¡Maldita guerra! Parece que las cosas marchan mal. Le van á matar al hijo; casi está segura de ello; y sus ojos se humedecen con una desesperación prematura.
Los actores se olvidan sin cesar de sus papeles: una dama griega, por ejemplo, al contar su nacimiento, dice sencillamente que es hija de Luis López, y que se llama María. El príncipe Rosicler monta en un jacucho, trayendo en la mano un zapato monstruoso, y recorre toda la tierra para buscar la dama á quien pertenece aquella enorme lancha.
Dánles parte de su pobreza, admítenlos en su casa y quisieran meterlos también en su corazón, de suerte que presto se olvidan los bárbaros de su nativo suelo y se enamoran de la santa ley divina, de la cual ven en sus huéspedes ingerida tan bella virtud entre hombres tan salvajes como ellos, pues es un gran milagro que aun en las necesidades extremas usen, cuando son gentiles, de piedad unos con otros, aun aquellos á quien la Naturaleza ha estrechado con los fuertes lazos de la sangre.
Apesar del dinero que había logrado juntar, no pretendía salirse de su esfera; siempre se manifestó respetuoso con los superiores. ¿Verdad, Saleta, que no era como esos piojos resucitados, que así que les suenan algunas monedas en el bolsillo olvidan las judías y el centeno, como si en su vida los hubiesen probado?... Valero, siéntese usted, y diga pronto si es vuelta eso que tiene... ¿Vienes a establecerte aquí, chiquita, o te vuelves a ver a los franchutes?
Palabra del Dia
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