Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 11 de julio de 2025
No sólo han cambiado el cuadro exterior y las personas, sino también, y sobre todo, la atmósfera en que se agita la gente a mi alrededor y en la que me siento como aturdida de perfumes desconocidos y embriagadores, tan diferentes de los sanos olores de mi ciudad natal, como las esencias en que aquí se impregnan las señoras son distintas del aroma de las violetas y de las rosas.
Llegaron al dormitorio que había sido del italiano y en adelante sería de ella. Encima de todos los muebles había grandes paquetes en papel fino, atados y sellados de los que se desprendían gratos olores.
Triste es la vida, sí, bella criatura, Pero tambien en ella hay gratas flores, Que llenan con suavísimos olores El sendero, que lleva á la virtud; Hay tambien sus delicias inefables En llenar los deberes de la esposa, La mision de la madre cariñosa, Y aliviar la cansada senectud.
Venían las brisas cargadas de azahar, y esparcían por la ciudad no sólo el aroma de los naranjales, sino los mil olores de los huertos y de los bosques cercanos; los aromas embriagantes de las amapolas, de los acónitos y de los jinicuiles florecidos, como si la naturaleza despilfarrara todos sus perfumes en obsequio de los niños que volvían a sus hogares.
Y con este epigrama de jugador, tiró su inútil pistola y retrocedió junto con su aprehensor. Hacía una noche calurosa por demás. El fresco vientecillo que de ordinario, al ponerse el sol, descendía por la empinada montaña de chaparros, fue aquella noche negado a Sandy-Bar. La estrecha cañada sofocaba con sus cálidos y resinosos olores, y la madera podrida en el Bar despedía exhalaciones fétidas.
Esta especie de vestíbulo de verdura, agradablemente sombreado por una amplia bóveda de follaje y tapizado de un césped florido del que se exhalan los más dulces olores, ofrece en todas partes pequeños asientos naturales tan cómodos como si el arte hubiese intervenido en ellos.
Cuando iba a dar una vueltecita por las tiendas, la mortificaban los olores que por diversas puertas salían en las calles más populosas, olor de humanidad y de guisotes. Las rejas de los sótanos despedían en algunos sitios una onda de frescura que la convidaba a detenerse; mas en aquellos sótanos donde había cocinas, el vaho era tan repugnante que la empujaba hacia el arroyo.
Los únicos momentos felices del desdichado eran los que pasaba en oración en el ángulo de alguna iglesia solitaria: oculto detrás de un pilar, aspirando los acres olores de la cera y la humedad, escuchando el chisporroteo de los cirios y el leve rumor de las plegarias de los pocos fieles distribuidos por las naves del templo, su alma inocente dejaba este mundo, que tan cruelmente le trataba, y volaba a comunicarse con Dios y su Madre Santísima.
Daba el balcón al Mediodía y a la huerta, por lo cual la estancia hallábase diariamente inundada de gratos olores y de luz, y alegrada por el armonioso charlar de los pájaros. Florentina, en los pocos días de su residencia allí, había dado a la habitación el molde, digámoslo así, de su persona.
El sofá de panza anchísima y turgente con sus botones ocultos entre el raso, como pistilos de rosas amarillas, era una muda anacreóntica, acompañada con los olores excitantes de las cien esencias que la Marquesa arrojaba a todos los vientos.
Palabra del Dia
Otros Mirando