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Actualizado: 28 de junio de 2025


Ya machucho, a los cuarenta años, se ha casado con una señorita rica y remilgada, pero parece que está harto de su gazmoñería. Los pescadores le odian porque anda rondando a las chicas guapas del barrio.

«Acaso lleguen a tus oídos ciertas murmuraciones de las gentes de Villaverde. Dicen que soy novio de Gabriela. Ya me imagino quién inventó eso. Las Castro Pérez que odian a la señorita Fernández, o Ricardo Tejeda que ha estado muy enamorado de la niña. Hoy me le hallé en la botica, y no me habló, ni siquiera se dignó saludarme.

¡Gente mala! continuaba diciendo irónicamente Valls . Son trabajadores, ahorran, viven en paz en el seno de sus familias, hasta son más católicos que los otros; pero son chuetas, y algo tendrán cuando les odian. Tienen... «algo», ¿se enteran ustedes? «algo».

Los muertos habían conocido la dicha mucho antes; ahora les tocaba el turno a ellos, y debían aprovecharse de la buena suerte. Feli, vida mía exclamó Maltrana con su vehemente exageración , ríete de los muertos; no nos odian, nos envidian. Grita conmigo: ¡viva el amor!...

Porque me va en ello la piel, y, sobre todo, la vuestra, sobrinos míos. ¿Qué temes? Esa es tierra de salvajes, Hans. Ahora seguramente no hay nadie en la playa; pero de un momento a otro puede cubrirse de australianos. ¿Odian quizás a los hombres blancos? No distinguen de razas: blancos, negros, amarillos, rojos o aceitunados, todos son manjares apetecibles para ellos.

Los que están sentados al fuego son Alfuras o Arfakis montañeses del interior. En cuanto al prisionero, me parece un papú de la costa, en traje de guerra. ¿Irán a comérselo? Quizás, porque los arfakis son antropófagos y odian mortalmente a los papúes de la costa. ¿Y vamos a dejar que se coman a ese desgraciado?

Se sienten molestados por la superioridad de los nobles, por su cultura, por su valor, por su exquisita educación, y pretenden que sean torpes y cobardes como ellos, sin que sus nombres ilustres, que van unidos á las inmarcesibles glorias de España, les infundan respeto. Odian también la religión, porque se opone á sus apetitos y les encarece la humildad.

Ese que es un bicho sanguinario, pérfido, maléfico, cobarde y vil por todos cuatro costados. No piensa más que en desgarrar á la víctima y en beberse la sangre que brota caliente de la herida. Todos los animales le odian, y á todos los odia él, pero no se atreve á atacar más que á los débiles ó á los heridos. Sólo el frenesí del hambre puede impulsarle á meterse con otro más fuerte.

Me han quitado la planchas, don Luis. Quieren que me vaya. Los ricos de Gallarta, todas esas gentes que he conocido pobres como yo, me odian y me tienen miedo. El amo de la barraca no sabe cómo echarme. Hace una semana me han quitado la techumbre, la lluvia cae en mi casa como en la calle, pero el Barbas firme en su puesto con la compañera.

"Mis versos se cantan por las hermosuras del harén, mis apuntes de historia el Visir los lee; nadie puede afrentarme por mis acciones, y para mayor fortuna, los buenos me quieren y los malos me odian. ¡Oh, buen Alá! ¡Cuán bien hice de aplicarme al estudio y no imitar al imbécil Catur!

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