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Actualizado: 7 de mayo de 2025


Al entrar en el hotel se entristeció el rostro de la señora, como si se aproximase un peligro que quería olvidar. Las dos mujeres se encerraron en sus habitaciones. Pepita pasó horas enteras con la pluma en la mano, mordiendo la punta nerviosamente, rompiendo pliegos sin que llegasen á satisfacerle las cartas que escribía.

Púsose a mascullar nerviosamente el cigarro y a azotar con el látigo las florecillas, cuyas tiernas hojas se desparramaban por el suelo desgarradas y marchitas. Juana, mientras tanto, lloraba bajito y profería hondos sollozos que agitaban sus hombros.

¿Y cómo podré yo vivir por más tiempo respirando el mismo aire que respira este mi mortal enemigo? exclamó Dimmesdale, todo trémulo, y llevándose nerviosamente la mano al corazón, lo que ya se había convertido en él en acto involuntario. Piensa por , Ester; eres fuerte. Resuelve por . No debes habitar más tiempo bajo un mismo techo con ese hombre, dijo Ester lenta y resueltamente.

Vámonos de aquí dijo Ojeda nerviosamente, como si no le inspirase confianza la altura que los separaba de estos personajes. Notaron al pasear por la cubierta la escasez de señoras. Algunas que se mostraban por breves momentos parecían preocupadas con la busca de algo importante. Luego desaparecían, como si se les ocurriese una idea nueva o hubieran adquirido un dato que modificaba su mal humor.

El hombre calvo sofocóse; y agitando nerviosamente en su gruesa mano un sobre repleto, con un sello de lacre, negro, prosiguió: Vuestra excelencia debe de estar prevenido. Nosotros no lo estábamos... El azoramiento es natural... Lo que esperamos es que nos conserve su confianza. Vuestra excelencia es en esta tierra una flor de virtud, espejo de bondad.

Se pensaba también que sus mejillas habían conocido las lágrimas; lágrimas dolorosas y amargas. Había algo de nervioso y de inquietante en sus movimientos: el rostro era alegre y sonreía; pero el piececito, calzado con un chanclo deteriorado y sucio de barro, hería nerviosamente el suelo, como si quisiera acelerar la marcha del tranvía, que avanzaba muy despacio.

Gallardo levantó la cabeza nerviosamente, como si no se hubiese percatado hasta entonces de la presencia de su criado. Guardó la carta en el bolsillo y aproximose con cierta pereza hacia el fondo del cuarto, como si quisiera retardar el momento de vestirse. ¿Está too?... Pero de pronto, su cara pálida se coloreó con un gesto violento.

Yo no hago sino anhelar para lo que encarece en sus escritos la madre Teresa de Jesús, a quien todos tienen por santa exclamó nerviosamente el mancebo.

Entonces la angustia se les contagiaba a todos los habitantes de la clínica, y los enfermos, como muñecos mecánicos a los que se hubiera dado cuerda a la vez, empezaban a recorrer nerviosamente sus habitaciones, agitando los brazos y diciendo cosas estúpidas e ininteligibles. Todos, incluso los enfermos más apacibles, llamaban violentamente a las puertas e insistían en que se los dejase libres.

Sus ojos adivinaron en los de su interlocutor algo que él mismo no había pensado nunca. El teniente pareció transfigurarse, creciendo hasta quedar al nivel del príncipe. Brilló su mirada con el mismo resplandor fulvo que la del otro; todo su cuerpo se arqueó con la tensión de un muelle que va á saltar; las alillas de su nariz se agitaron nerviosamente.

Palabra del Dia

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