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Actualizado: 28 de junio de 2025


»Amigo mío, durante dos días he vivido tan lejos de la sociedad, cual si me hubiera transportado a otro planeta; he podido apreciar la rara hermosura de un día de sol, la pureza del ambiente, la profunda melancolía de la noche, mar donde el pensamiento navega a su antojo sin llegar jamás a ninguna orilla; he experimentado la indecible satisfacción de que centenares de hombres con casaca, entorchados y sombreros de distintas formas, pero todos más feos que los que en Egipto ponen al buey Apis, pasen junto a sin saludarme; he conocido el purísimo deleite de ver pasar los minutos, las horas, los días, cual cortejo de dulces sombras que llevan en sus suaves manos la vida, a la manera de aquellas deidades hermosísimas que pintaron los antiguos, transportando en sus brazos las almas de los justos al cielo; he saboreado las delicias de no ir a ninguna parte deliberadamente, de sentir mis hombros libres de toda obligación, de no sentir en mi pensamiento ese hierro candente cuya quemadura significamos en el lenguaje con la palabra <i>después</i>, y que encierra un mundo de deberes, de ocupaciones, de molestias sin fin.

Vamos a ver en sus palacios extraños y magníficos a nuestros pueblos queridos de América. Veremos, entre lagos y jardines, en monumentos de hierro y porcelana, la vida del hombre entera, y cuanto ha descubierto y hecho desde que andaba por los bosques desnudo hasta que navega por lo alto del aire y lo hondo de la mar.

gracias á Dios Omnipotente, que por su clemencia no permitió que yo me embarcase en aquella náo. El autor navega otra vez de Cádiz á Amberes.

Llenaba con tanto celo su deber, que apenas, muy de tarde en tarde, escribía una carta, sobria y breve, a sus padres, ya habituados a aquel alejamiento, como padres de hijo marino que navega al otro lado del mundo. Su vida era reposada, monótona, sin emociones que le agitaran ni cavilaciones que le desvelasen; existencia plácida, quizá egoísta, de una tranquilidad análoga al silencio del campo.

D. Amonio de Gaztañeta escribía todavía : «No puedo dejar de decir con qué pocos fundamentos se discurre entre algunos navegantes el conocimiento de lo que una nao navega de distancia, pues algunos, haciéndose astrólogos judiciarios, solamente se atienen á su conjetura, sin más fundamento que sólo mirar á la espuma que deja la nao con su movimiento... Otros hay que la distancia ajustan solamente con echar un pedazo de palo ó astilla por la proa de la nao, algo distante, y luego, así que empareje la astilla con él, camina para popa según la astilla; hecho esto hace la consideración: «si yo caminara en tierra según aquí, lo que podía caminar en una hora sería...»; y con este discurso ajusta el camino que hace en la navegación.

Pasada la laguna, se metieron Los soldados, y gente que venia, Por la montaña adentro, y padecieron Trabajo caminando en demasia. Al fin al puerto, pues, todos vinieron, Pasado en caminar el cuarto dia: Juan Ortiz por la mar viene, y navega Dos dias, y tambien al puerto allega.

Francisco con gran gozo y alegría Navega, que los vientos le ayudaban: A dos navios pequeños ha encontrado, Y aquello les quitó que le ha agradado. En Arica llegando placentero A Roca le tomó su navichuelo; Al triste que perdiera su dinero Yo le lamentar con grande duelo.

Para hacer conocer mejor estos vehículos de transporte, que son al mismo tiempo los raudales mas hermosos de la provincia, voy á describirlos detalladamente. Saliendo de San-Joaquin se navega durante dos dias por el Machupo, descendiendo hácia el nornordeste. Las orillas de este rio están guarnecidas de bosques muy tupidos, que revelan el vigor de una vegetacion activa.

Pone presidio el Capitan en la Asumpcion; va á los Timbúes y los halla muertos y heridos: deja á Antonio de Mendoza en Corpus Christi, y navega á Buenos Aires. Hizo luego el capitan proveer cuatro bergantines, y con 150 españoles del pueblo, bajó navegando los rios Paraguay y Paraná.

Que esta reliquia guardo para el duro trance que me amenaza mi porfía, que en tu mismo rigor se fortalece. ¡Ay de aquel que navega, el cielo escuro, por mar no usado y peligrosa vía, adonde norte o puerto no se ofrece!

Palabra del Dia

vorsado

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