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A veces, espiando el momento supremo del ansia, cuando las fuertes pupilas del mancebo tomaban un tinte nebuloso, a la manera de las charcas en la tempestad, la morisca, desprendiéndose de sus brazos, le preguntaba: ¿Dasme también toda el alma? ¿Toda? ¿Tendrás el mesmo amor e la mesma creencia que tu Aixa, ?

Pero, como suele decirse que un mal llama a otro, y que el fin de una desgracia suele ser principio de otra mayor, así me sucedió a , porque mi buen criado, hasta entonces fiel y seguro, así como me vio en esta soledad, incitado de su mesma bellaquería antes que de mi hermosura, quiso aprovecharse de la ocasión que, a su parecer, estos yermos le ofrecían; y, con poca vergüenza y menos temor de Dios ni respeto mío, me requirió de amores; y, viendo que yo con feas y justas palabras respondía a las desvergüenzas de sus propósitos, dejó aparte los ruegos, de quien primero pensó aprovecharse, y comenzó a usar de la fuerza.

Yo, a esta sazón, hice un breve discurso conmigo, y me dije a mesma: '', que no seré yo la primera que por vía de matrimonio haya subido de humilde a grande estado, ni será don Fernando el primero a quien hermosura, o ciega afición, que es lo más cierto, haya hecho tomar compañía desigual a su grandeza.

442 Recorre luego la fila, frente a cada indio se para, lo amenaza cara a cara y, en su juria, aquel maldito acompaña con su grito el cimbrar de la tacuara. 443 Se vuelve aquello un incendio mas feo que la mesma guerra: entre una nube de tierra se hizo allí una mezcolanza de potros, indios y lanzas, con alaridos que aterran.

El agua del Tajo es la mesma, sus lodos no han cambiado, el fuego es siempre el fuego, y en punto a lo que habría que hacer todos lo saben. Lo que se ha perdido es la honra. Hoy todo es interese y malicia. Fuera de uno que otro como Ayala o Jusepe de la Hera, ya no buscan sino hacer pronto y llenar la alcancía.

No la veremos ya con su carabina maja corriendo por el monte y por las eras, pero dende aquí en adelante las piedras que ella haya pisao, las fuentes en que haya bebió, las sombras en que hacía alto para descansar serán para nosotros sagradas como si allí hubiese puesto sus pies benditos la mesma Virgen del Carmen.

Sangre de mis entrañas derramada, Pues sois aquella de los hijos mios: Mano contra ti mesma acelerada, Llena de honrosos y crueles brios: Fortuna en daño nuestro conjurada: Cielos de justa piedad vacios, Ofrecedme en tan dura amarga suerte Alguna honrosa aunque cercana muerte!

1137 Primero jué la frontera por persecución de un juez; los indios jueron después, y, para nuevos estrenos, aura son estos morenos pa alivio de mi vejez. 1138 La madre echó diez al mundo, lo que cualquiera no hace, y tal vez de los diez pase con iguales condiciones: la mulita pare nones, todos de la mesma clase.

Pero a esto se puede responder que es más fácil premiar a dos mil letrados que a treinta mil soldados, porque a aquéllos se premian con darles oficios, que por fuerza se han de dar a los de su profesión, y a éstos no se pueden premiar sino con la mesma hacienda del señor a quien sirven; y esta imposibilidad fortifica más la razón que tengo.

Y, cuando esto no suceda, sino que el cielo piadoso le guarde y conserve sano y vivo, podrá ser que se quede en la mesma pobreza que antes estaba, y que sea menester que suceda uno y otro rencuentro, una y otra batalla, y que de todas salga vencedor, para medrar en algo; pero estos milagros vense raras veces.