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Actualizado: 16 de octubre de 2025
El lobo se come al cordero, el milano a la paloma, el pez gordo al pequeño, y hay que dar gracias al rico porque, pudiendo tragarse al mediano, le deja vivir para que pene. Así hablaba Zaratustra. Al recordar Isidro Maltrana su pasado, deteníase en los años de su infancia transcurridos en el Hospicio.
Era un hombre de edad madura, mediano de cuerpo, algo rechoncho, de cara arrebolada y que parecía echar de sí rayos de satisfacción como el sol los echa de luz; pequeño de piernas, un poco largo de nariz, y magnificado con varios objetos decorativos, entre los cuales descollaba una gran cadena de reloj y un fino sombrero de fieltro de alas anchas.
Cuando llegó el momento, sin embargo, de contestar a las objeciones, decayó bastante; no sabía más que referirse a su discurso; luchaba en vano por encontrar algún nuevo argumento en defensa de la tesis. Apesar de esto y del mediano ejercicio de preguntas, el tribunal, pagado de los conocimientos nada comunes que había demostrado, le aprobó los ejercicios.
Hay que protegerla; hay que ayudar al mediano; que gaste el de arriba, ya que tiene, pero que no sea todo para él... Maltrana interrumpió al viejo. Era capaz de permanecer allí toda la mañana si seguían escuchándolo. Le esperarían sus parroquianos; su ayudante, el Bobo, lanzábale miradas de impaciencia; el pobre Coleta aguardaba a que le dejase subir en el carro para ir a Madrid.
«También usted me insulta, señor Director dijo oprimiéndose el pecho, y con la entonación y los ademanes de un cómico mediano . No puedo más, no puedo más... ¡Adiós, adiós, ingratos!». Y salió escapado.
Yo, de mozo, fui carlista; soy manchego y anduve con Palillos: pura ignorancia. Pero repito que vi nacer la criatura, y tendría gusto en enterarme por mis ojos de hasta dónde alcanza, pues por ahora no es gran cosa lo que lleva hecho en favor del mediano... ¡Pero soy tan viejo!... ¿Ve usted a Coleta, ese borrachín que nos oye?
De tercera magnitud; color amarillo con vetas ondeadas y manchas parduzcas; textura compacta y gran dureza y resistencia; adquiere buen pulimento y tiene aplicación para ebanistería. Muy parecido al camagón. Dita. Substituye á la quina para la curación de fiebres. Dinglas. De primera magnitud; color rojo parduzco, textura fina y poros de mediano tamaño, siendo muy refractario al anay. Dungol.
Y así se estuvieran probablemente hasta sabe Dios cuándo, a no abrirse de golpe la puerta, apareciendo en ella un hombre; no el camarero, ni menos el esperado Miranda, sino un mozalbete de algunos veinticuatro o veinticinco años, mediano de estatura, pronto y desenfadado de modales.
Cada día se veen cosas nuevas en el mundo: las burlas se vuelven en veras y los burladores se hallan burlados. Llegó la noche, y cenó el gobernador, con licencia del señor doctor Recio. Aderezáronse de ronda; salió con el mayordomo, secretario y maestresala, y el coronista que tenía cuidado de poner en memoria sus hechos, y alguaciles y escribanos, tantos que podían formar un mediano escuadrón.
Si cruzamos el índice y el dedo mediano, y con los dos movemos sobre una mesa una bolita de cera á la redonda, nos parecerán dos las bolas, y entonces nos engaña el tacto. Al enfermo parece amarga la bebida que es dulce para el sano, así nos engañamos por el gusto.
Palabra del Dia
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