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Actualizado: 29 de junio de 2025
Sus ojos cerrados veían las negras pupilas de la regia señora, maternales y amorosas. Todas las mujeres, al aproximarse á él, tomaban algo de aquella otra que dormía seis siglos en lo alto de un muro. Cuando su madre, la dulce y pálida doña Cristina, dejaba por un instante sus labores y le daba un beso, veía en su sonrisa algo de la emperatriz.
Serafina siempre se inmutaba al entrar en escena; él la animaba con una sonrisa que ella parecía agradecerle con los ojos, cariñosos, maternales, como pensaba el marido de Emma.
La amistad de mi buena madrina, los cuidados atentos y verdaderamente maternales de la nodriza, a la que yo creo con títulos aún más sagrados a mi reconocimiento, y sobre todo el afecto de mi padre, lo embellecían todo. Unicamente, cuando volvía del campo le sentía aún algunas veces bañarme con sus lágrimas, pero yo no me inquietaba, pensando que lloraba de alegría.
Este último sobre todo. ¿Qué culpa tenía el pobre inocente de las bellaquerías maternales? Siempre parecía duro arrojarle de una casa donde, al fin y al cabo, el dueño era su padre.
Y descartados don Juan y el comerciante, doña Manuela volvió a la carga; el hijo intentó resistirse, pero al fin le aturdieron las caricias maternales y firmó cuanto quiso la mamá. La consideración de que parte de aquel dinero era para pagar el abono de las tres butacas que la familia tenía en el Principal a turno impar le hizo decidirse.
Su madre le enviaba todos los meses una cantidad tres o cuatro veces superior al sueldo que él percibía. Su hermana Lola, a pesar de que veía en él un conjunto de todas las gallardías y seducciones varoniles, protestaba contra las maternales larguezas.
Esta noche la pasaría en la soledad de la torre, como un hombre primitivo de los que viven acechados por el peligro, dispuestos a matar; a la noche siguiente estaría sentado ante la mesa de un café, bajo el resplandor de los focos eléctricos, viendo carruajes junto a las aceras y pasando por el centro del Borne mujeres más hermosas que Margalida. «¡A Mallorca!» No viviría en un palacio: el caserón de los Febrer lo perdía para siempre en el arreglo revolucionario y salvador ideado por el amigo Valls; pero no le faltaría una casita pequeña y limpia en el Terreno u otro barrio vecino al mar, y en ella la compañía y los cuidados maternales de madó Antonia.
Al verle en la cama se aproximaba a él con el vaso de leche humeante, se lo hacía beber con mimos maternales, le arreglaba el embozo del lecho y cerraba cuidadosamente ventanas y puertas para que no le molestase un rayo de luz. ¡Esas noches en la catedral! exclamaba la compañera con expresión de lamento . Te estás matando, Gabriel: eso no es para ti. El padre dice lo mismo.
Alicia se había casado con un duque francés que tenía veinte años mas que ella, y á los pocos meses de matrimonio daba mucho que hablar á las gentes. Doña Mercedes, ofendida, la castigaba viéndola muy de tarde en tarde, con la esperanza de que este desvío hiciese imitar finalmente á la duquesa de Delille las tradiciones maternales.
Mi tío poníase achacoso... los catarros comenzaban a minar su naturaleza; y Blanca, una vez aliviada de sus incomodidades maternales, quería indemnizarse de su ausencia de la sociedad y exigía que su pobre marido expusiese sus constipados a las corrientes de aire de los teatros y a las salidas de los bailes. Era necesario obedecer; aquella mujer no daba tregua.
Palabra del Dia
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