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Actualizado: 5 de mayo de 2025
O hablando con exactitud, las que bordaban eran doña Esperanza y Esperancita: Mariana se mantenía sentada en una butaca, mirando al vacío en perfecto estado de inmovilidad. Pepe Castro y Ramón eran amigos íntimos de la familia y se les recibía sin ceremonia y con agrado.
La que ahora vuelve á salir á luz, merece con razon el elogio que le dá el Marqués de Mondéjar en la carta á la Duquesa de Averio, en que hace juicio de los más principales Historiadores de España, impresa por Don Gregorio Mayans al fin de las Advertencias de Mondéjar á Mariana, §. XIX. P. 114 llamándola cultísimo libro.
Mucho tiempo hacía que Beatriz y su amiga ni pronunciaban siquiera el nombre del marqués, cuando sufrieron la contrariedad de encontrarse con él y Mariana cara a cara en una función del teatro Francés.
Sin embargo, y a pesar de sus prédicas, los gastos de representación del señor de Grèbe tomaron tal vuelo en los últimos tiempos, que su tío le prometió no sólo desheredarlo, sino lo que es más, ponerlo en tutela a menos de entrar en mejor vía, y por esta razón decidió contraer matrimonio con Mariana de La Treillade, a quien por otra parte proponíase espantar en manera extraordinaria.
Mariana Miró, mujer de Rafael Ventura Cortés, de oficio platero; natural y vecina de esta Ciudad, de edad de cuarenta y tres años, cuando murió el año pasado de 1678 estando presa en este Santo Oficio por delitos de judaismo: salió al Auto en estátua, con insignias de reconcialiada: leyósele su sentencia con méritos, declaróse haber sido hereje, apóstata, judaizante y haber muerto en estado de ser absuelta, reconciliada en forma, con confiscación de bienes.
Aquí está Pepa Frías dijo sonriendo Mariana, la esposa de Calderón. Eso es; aquí está Pepa Frías respondió con afectado mal humor la misma . Una mujer que no tiene pizca de vergüenza al poner los pies en esta casa. Los tertulios rieron. ¿Tú te crees por lo visto que soy de la Inclusa? ¿que no tengo casa?
¡Pero hija, qué líos traes siempre con el papel y la Bolsa y las acciones! exclamó Mariana. Pues los mismos que tú traerías si no tuvieses un marido tan activo que se encarga de calentarse la cabeza para que tú la tengas fresca y descansada.... Vaya, Pepa, no me eche usted piropos, que voy a ponerme colorado dijo Calderón.
Os lo ruego, Marta, no me hagáis doblemente desgraciada. Pero una mirada severa y un ademán imperioso le indicaron que debía someterse sin réplica. Calló y bajó la cabeza. El aya le dió las llaves a Mariana, miró ansiosamente una vez más a su hija con ansiedad y corrió al castillo temblorosa.
Haced que se apague esa voz con que nos llama el mundo, á nombre de la Providencia, y la Suiza no adorará el polvo de su Guillermo Tell, ni la Inglaterra nos hablará de Cromwel, ni la Francia pronunciará respetuosa el nombre querido de su Juana de Arcos, ni la libre y valiente España saludará entusiasta los manes sangrientos de un Padilla; los manes sangrientos tambien de una mujer que me estremece el alma; una mujer tan valerosa, tan cristiana, tan tierna y tan ferviente; una mujer tan noble y tan hermosa; una mujer que vale tanto como una nacion; Mariana Pineda.
Cuando Calderón entró, Mariana bordaba con afectada aplicación mientras su Madre se mantenía mano sobre mano, como si hiciese largo rato que se hallase en tal postura. Ramoncito y Castro apenas se fijaron en esta maniobra.
Palabra del Dia
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