United States or Oman ? Vote for the TOP Country of the Week !


Fué uno de los próceres más ilustres que honraron á Sevilla el Duque de Alcalá D. Perafán de Rivera, el cual por la calidad de su extirpe, por el trato con los más doctos varones de su época y por su cargo de Virrey de Nápoles no pudo sustraerse al influjo cultísimo de su época, y al de la región privilegiada en que ejerció su mando, así es que al morir, según el dicho de Zúñiga «dejó lleno el mundo de su fama» y nosotros podríamos añadir que también su palacio de Sevilla con no pocos testimonios de su cultura y de su amor por las memorias artísticas del pasado, cuidándose de enriquecer con ellas su morada; y así no es extraño, que, tomando tan noble ejemplo sus sucesores, hubiesen emulado en atesorar en la misma infinitos objetos de valía inapreciable para la historia y para el arte.

Llegado ya el siglo XVI, además de los festejos que se verificaron en el anterior, eríjense arcos triunfales, en cuyos adornos competían el Arte y las Letras y los más celebrados pintores, escultores, poetas y humanistas, animados de noble emulación y estimulados por el espíritu cultísimo de la época, dieron las mas brillantes muestras de pericia, de saber y de ingenio, revelándose ya claramente que la sociedad española, que antes disfrutó tan solo con los ejercicios corporales de fuerza y de destreza, rendía ya culto á las manifestaciones del talento, aun cuando para halagar al pueblo continuasen los espectáculos de cucañas y de regatas y los demás citados.

Era de trato muy amable y cultísimo, de conversación insustancial y amena, capaz de hacer sobre cualquier asunto, por extraño que fuese a su entender oficinesco, una observación paradójica. Había pasado toda su vida al retortero de los hombres políticos, y tenía conocimientos prolijos de la historia contemporánea, que en sus labios componíase de un sin fin de anécdotas personales.

La que ahora vuelve á salir á luz, merece con razon el elogio que le el Marqués de Mondéjar en la carta á la Duquesa de Averio, en que hace juicio de los más principales Historiadores de España, impresa por Don Gregorio Mayans al fin de las Advertencias de Mondéjar á Mariana, §. XIX. P. 114 llamándola cultísimo libro.