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No es gran cosa, pero ¡qué diablo! un beso siempre resulta agradable. La gente ríe y palmotea, y la muchacha, mientras tanto, se aprovecha de esta situación para instalar á los viejos en el vehículo con todos sus paquetes. El chófer pone en movimiento su motor. Gracias, Madame dice lloriqueando Baucis, mientras Filemón articula gemidos de gratitud.

Pero nada de esto impide que también tenga su historia, porque si madame Staël ha dicho que la vida de una mujer es siempre una novela, creo que con igual derecho puede decirse que la vida de un hombre es siempre una historia. Escuchad, pues, incomparable doctor, la historia de mi tío en compendio.

A esto replicó Rafaela, que pecar era detestable medio de prevenir el pecado; le aseguró que velaría sobre él para que no se extraviase, y reiterándole repetidas veces la seguridad y la promesa de que aún le amaba con la amistad más pura, y de que seguiría amándole siempre, se quejó de dolor de cabeza, dijo que necesitaba estar sola y hasta le empujó con maternal familiaridad para que se largase, llamando a Madame Duval, a fin de que le acompañara hasta la misma puerta del hotel.

Yo que comprendí perfectamente toda la intencion de aquella mirada, y que me sentí algo picado por la negra honrilla de mi compañera, la dije con un marcado aplomo: Madame ne comprend pas vôtre langue, ainsi que vous ne comprenez pas la langue de Madame. En efecto, la caridad es una religion que hace á todos los hombres hermanos.

Rafaela acertó a curarla de estos resabios, por tal arte, que, a los pocos meses de tener a Madame Duval a su servicio, se había esta convertido en persona natural y sencilla, de trato franco y agradable, el cual ya como antes no se quebraba de puro fino.

A las diez de la mañana de ayer salimos de Milly para Changrenon, donde vamos a pasar el día con los señores Rambuteau, nuestros vecinos. La señorita de Rambuteau es hermosísima, y bien quisiera yo que mis hijas se le pareciesen. Esta joven es aquella célebre Madame de Mesgrigny, tan admirada por su belleza en la corte de Napoleón.

Y como ella jamás desechaba la gratitud ni la amistad, aunque desechase el amor, todavía, al despedir resueltamente al gaucho por medio de Madame Duval, conservaba por él estimación y afecto. Sólo cuando supo la tragedia de la Tejuca, obra sin duda del injustificado rencor de Pedro Lobo, su amistad y su estimación hacia él se trocaron en aborrecimiento.

Una discípula de sus tiempos de gloria, que guardaba la antigua elegancia en su uniforme de enfermera, le dió vagos informes. «¿La pequeña Madame Laurier?... Se acordaba de haber oído á alguien que vivía cerca... Tal vez en BiarritzJulio no necesitó más para reanudar su viaje. ¡A Biarritz! La primera persona que encontró al llegar fué Chichí.

Los que ocupan el resto del banco dormitan con la cabeza baja ó sueñan despiertos contemplando el cielo. La burguesa, al hablar, gratifica á la muchacha ácida con un solemne Madame. Hace un mes habría abandonado el asiento, á pesar de su cansancio, para evitarse tal vecindad. ¡Pero ahora!... La inquietud nos ha hecho á todos bien educados y tolerantes.

La Biblioteca principal de Ginebra contiene 60,000 volúmenes. Patria de muchos hombres notables, entre ellos Rousseau, Calvino, madame Stael, Lesage, Huber y otros muchos, conserva hoy sus tradiciones literarias.