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Actualizado: 2 de mayo de 2025
Si se imagina un plano que pase por el centro de la Tierra perpendicularmente al eje, este plano, que corta al globo en dos mitades ó hemisferios, formará sobre la superficie un círculo máximo EE', que se denomina ecuador. El hemisferio que contiene el polo norte es el boreal; el otro, en que está el polo sur, es el hemisferio austral. Coordenadas terrestres.
Pero sé que por el aprecio que desde el principio hicieron de él los Superiores, poco después que llegó de España le hicieron ministro del Colegio Máximo de Córdoba, donde se cría la religiosa juventud de toda esta provincia.
La carcajada fue general, pues la flema del señor Kisseler en tal aventura resultó irremisiblemente cómica. Fueron necesarias las instancias de sus amigos, que temían perder el tren, para decidirlo a levantarse del polvo donde estaba sentado y que le cubría la ropa. No fue floja tarea la de sacudírsela para ponerlo presentable. Máximo a su Hermano. 14 de septiembre.
Me dirigí rápidamente al punto donde me esperaba Sarto, y en el momento de tocar la orilla oí un penetrante silbido detrás de mí, al lado opuesto del foso. ¡Eh, Máximo! gritó una voz. Llamé a Sarto por lo bajo, cayó la cuerda en el bote y con ella até el cadáver. Después salté a la orilla.
Tenía el autor entonces treinta y seis años; estaba en toda la plenitud de su actividad mental y en todo el hervor de su juventud, y de allí tal vez el cariño con que ha trazado la figura de Máximo Odiot, ese perfecto gentilhombre, cautivador en su brillante pobreza.
Parecía que no encontraba persona en quien fijarlos. Al poco rato, Martita advirtió que tenía las manos frías y lo manifestó en voz alta, de un modo sencillo, sin comprender la infeliz lo que aquello significaba. Don Máximo volvió la cabeza para ocultar la emoción. El sacerdote dejola caer sobre el pecho.
En el momento en que la algazara y contento alcanzaban su grado máximo, llamó aparte a don Rosendo y con lágrimas en los ojos, le manifestó que la vida fuera de su patria adorada era para él un fardo insoportable. La muerte, antes que perder de vista la humilde casa que albergó su cuna, y las calles que tantas veces recorrieron sus pies infantiles.
Yo no puedo separar de él la mirada, tanto me interesa y me encanta. Tiene algunos amigos bastante agradables. Primero, don Máximo de Cosmes, al que vio usted en Quimper y que es el favorito de mi padre. Hay otro también que me gusta bastante, porque defiende generalmente ideas que se aproximan a las mías.
ELECTRA, MÁXIMO, EVARISTA, PANTOJA, DON URBANO, el MARQU
PANTOJA. Sacrílego, ofendes a Dios con tus palabras. MÁXIMO. Más le ofende usted con sus hechos. PANTOJA. Basta. No he de disputar contigo... Nada más tengo que decirte. MÁXIMO. ¿Nada más? ¡Si falta todo! Vamos. Los mismos, EVARISTA; tras ella la SUPERIORA y dos HERMANAS de La Penitencia; después PATROS. EVARISTA. ¿Qué ocurre, Máximo...? He sentido tu voz, airada.
Palabra del Dia
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