Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 1 de junio de 2025


El más suntuoso entre éstos es el que, en la Capilla de Santa Bárbara, ocupa el célebre Obispo D. JUAN LUCERO, aquel que tanto sonó en las disensiones matrimoniales de D. Pedro el Cruel, por haber autorizado el repudio de doña Blanca de Borbón y casado al Monarca con D.ª Juana de Castro.

Dentro de cuatro o cinco días asegura que podré ya montar en Lucero, caballo negro, hijo de un caballo árabe y de una yegua de la casta de Guadalcázar, saltador, corredor, lleno de fuego y adiestrado en todo linaje de corvetas. Quien eche a Lucero los calzones encima dice mi padre , ya puede apostarse a montar con los propios centauros; y le echarás calzones encima dentro de poco.

Gutiérrez no había sabido despertarla... Gutiérrez no me había dado la ardiente vida que yo necesitaba... El público entretanto me aplaudía... los poetas me dedicaban madrigales... yo era Filis, Venus... sol... luna... lucero ya era la incomparable Dorotea... la diosa del teatro.

Háblale el Consuelo del Salvador, que ha de venir, para redimirlo del cautiverio. Luz del mundo ha de llamarse Aquella palabra eterna... , pues, me alumbra y me guía, me ilumina y me enseña, Todo se yerra sin ti, Todo contigo se acierta. Peregrino soy, luz mía, Erré la divina senda. Ven, lucero, que ya tengo En estas lágrimas, señas Que ya , divina Aurora, Que no amaneces sin ellas.

Así se atormentaba D. Luis con encontrados pensamientos que se daban guerra, cuando entró Currito en su cuarto, sin decir oxte ni moxte. Currito, que no estimaba gran cosa a su primo, mientras no fue más que teólogo, le veneraba, le admiraba y formaba de él un concepto sobrehumano desde que le había visto montar tan bien en Lucero.

Por fin llegan á la Pola, siguen á Entralgo y para vadear el río se ve necesitado Nolo á mojarse hasta la cintura porque teme que el caballo resbale con los dos y con ellos en el agua. Así, montada sólo Demetria y llevando él á Lucero por el diestro, se salvan de un percance. Cuando tocan en las casas de Entralgo comienza á llover con violencia.

23 Yo he conocido esta tierra en que el paisano vivía y su ranchito tenía y sus hijos y mujer... era una delicia el ver como pasaba sus días. 24 Entonces... cuando el lucero brillaba en el cielo santo, y los gallos con su canto nos decían que el día llegaba, a la cocina rumbiaba el gaucho... que un encanto.

Apretaba el Tuerto contra su pecho corto y ancho trabuco, y, después de girar hacia todas partes el único lucero de su fea cara, de aguzar el oído, de olfatear, por decirlo así, el aire, arrimóse al murallón, medio arrodillándose tras de un seto de zarzas y brezo que lo guarnecía.

A su tiempo publicaremos el estracto de las curiosas piezas relativas á los atentados y ruidoso proceso de Lucero, felizmente terminado con la prision de este malvado y con la declaracion de la católica y general Congregacion que se juntó en Burgos para este objeto, formulada á 9 de julio de 1508.

Ríete, lucero, que cuando te ríes me alumbra el sol á la medianoche. Y si otra vez me pongo guasón, como hace poco, me dices: «Manolo, cierra el pico y déjame el alma quieta», ó si quieres, hija de mi alma, me das un lapo con esta mano rica que beso con tu permiso... y con el del dueño del establecimiento. Y estampó en ella, efectivamente, tres ó cuatro besos. Soledad la retiró riendo.

Palabra del Dia

lanterna

Otros Mirando