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Actualizado: 25 de julio de 2025


A pesar de los siglos pasados nos sentimos tan jóvenes como los primeros mortales, despertando á la vida en el seno de la madre bienhechora; hasta somos más jóvenes que ellos, puesto que tenemos plena conciencia de nuestra vida. La tierra es hoy tan bella como el día que nutría á los Centauros, y nosotros, más que esos monstruos, llevamos en nuestro pecho un corazón de hombre.

Dentro de cuatro o cinco días asegura que podré ya montar en Lucero, caballo negro, hijo de un caballo árabe y de una yegua de la casta de Guadalcázar, saltador, corredor, lleno de fuego y adiestrado en todo linaje de corvetas. Quien eche a Lucero los calzones encima dice mi padre , ya puede apostarse a montar con los propios centauros; y le echarás calzones encima dentro de poco.

Sin embargo se logró desvanecer el proyecto de los sediciosos, y escarmentar á los Tobas, de que se siguió la entrega de las cabezas principales del motin, que sufrieron el último suplicio en la plaza pública de aquella ciudad, de cuyas resultas se consiguió algun sosiego, y que calmaron en parte los justos temores que ocasionaba un acontecimiento de esta naturaleza, temiendo con razon, que si tomaba cuerpo y trascendencia el alzamiento á toda la provincia, hubiera sido muy dificultoso y arriesgado el sugetarla, que por su estension pasaba de 300 leguas, sin mas poblaciones considerables que Córdoba, Santiago del Estero, San Miguel del Tucuman, Salta y Jujuy: pues aunque lo restante está muy poblado, son pequeñas aldeas y estancias, habitadas por hombres tan parecidos á las fieras y tan gigantes, que pueden considerarse los verdaderos Centauros que nos fingen los poetas.

Adelantó con tanta rapidez en la escultura que a los dieciocho años admiraba Florencia su bajorrelieve de la Batalla de los Centauros; a los veinte hizo el Amor Dormido, y poco después su colosal estatua de David. Pintó luego, uno tras otro, sus cuadros terribles y magníficos.

No traya la escritura, ni el lenguaje Ofenda con vocablos exquisitos, Porque si ha de imitar á los que hablan, No ha de ser por pancayas, por metauros; Hipócrifos, sermones y centauros.

Además, casi todas las mañanas encontraba á los dos franceses en Hyde-Parck, donde se paseaba á caballo con sus hermanos y al paso, lo que ponía á aquellos dos centauros en un estado de abatimiento lamentable.

Todos tenían gran deseo de verle de cerca y de presenciar aquella comedia de la cesación de una hostilidad inveterada. El doctor Truchelet aventuró una alusión sabia á las bodas de Pirito, ensangrentadas por el combate de los Centauros y de Lapites, y felicitó á la señorita Guichard por no haber renovado las luchas de las Amazonas contra Hércules y Teseo.

Había pasado una temporada en París á expensas de varios protectores, lo que imponía un irresistible respeto á los jóvenes centauros de la revolución, ignorantes de toda tierra que no fuese la suya. Además, tocaba el piano y el arpa, suspiraba romanzas mejicanas y fabricaba versos.... Tenía de sobra para traer como locos á todos los generales mozos.

Veíamos pueblos de animales más inteligentes que hombres y pueblos de cíclopes, centauros, ninfas, sátiros... Y los jardines del Paraíso Terrenal, y las cumbres rosáceas del Olimpo, y la Ciudad de la Muerte... ¡La Ciudad de la Muerte! ¿Qué indiscreto mortal dijera una palabra de ella?

Los dragones, las sibilas, los monstruos bíblicos que para representar sutiles abstracciones ideó el genio de la Edad Media, refundiendo los despojos de las sirenas y los centauros antiguos, muestran sus heterogéneos miembros, en que la figura humana se une á las más raras formas de la fantástica zoología, ya religiosa, ya heráldica, inventada por embriagados escultores.

Palabra del Dia

godella

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