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Actualizado: 23 de noviembre de 2025


Este se creó el año 1595, por bula de Clemente VII, con la asignación de 4.000 pesos. El primer nombramiento que se hizo para ocupar dicha silla apostólica, recayó en Fray Francisco Ortega, de la orden de San Agustín, quien fué electo el año 1600, no llegando á posesionarse. En la actualidad gobierna la diócesis el Excmo. Sr. Fray Francisco Gainza, de la orden de Santo Domingo.

Si ahora se pregunta ¿por qué Dios se ama á mismo? responderemos que tanto valdria preguntar: por qué Dios se conoce á mismo; ó por qué entiende la verdad, ó por qué existe; en llegando á estas cuestiones nos encontramos en el orígen primitivo, con cosas absolutas, incondicionales; entonces, todo porque es absurdo.

Finalmente, conocieron y supieron como el pueblo corrido salía a pelear con otro que le corría más de lo justo y de lo que se debía a la buena vecindad. Fuese llegando a ellos don Quijote, no con poca pesadumbre de Sancho, que nunca fue amigo de hallarse en semejantes jornadas. Los del escuadrón le recogieron en medio, creyendo que era alguno de los de su parcialidad.

Pronto estuvimos en Salgar, y a poco a bordo, llegando precisamente en el momento en que desembarcaba un nuevo obispo para Cartagena.

Mas sea lo que fuere de esto, salieron por Agosto de 1719 el P. Miguel de Yegros y el hermano Alberto, llevando todo recado para celebrar la Misa y lo demás necesario para fundar la iglesia de la nueva Reducción de San Ignacio Nuestro padre, llegando á la campaña que los Zamucos habían escogido para fundarla, no hallaron persona alguna; y enviando algunos por todas partes para tomar noticia de esta gente, hallaron su pueblo quemado, y supieron que se había retirado algunas jornadas lejos de allí, junto á una laguna abundante de pesca, cerrando los pasos por donde se les podía seguir.

Atravesó como en un sueño Chartres, Nort, Burdeos, Bayona.... Empezó a respirar por fin el «aire internacional» de los Pirineos, y se dilató su pecho con un aliento profundo de esperanza. Llegando a España, recorrió con toda la rapidez posible la tierra que le llevaba a su valle norteño.

Pero á esta amenaza resulta otro nuevo peligro, porque á ella responden los indios que si les envían otros Curas que no los conocen ni acaso saben su idioma, los recibirán con flechas como inútiles para su pasto espiritual, y que llegando el caso de querer salir los Padres, sólo lo conseguirán después de dejarlos enterrados, porque antes no lo permitirán, aunque quisieran, y primero les quitarán la vida que darles libertad para la fuga.

Animada fué la semana: hubo encuentros parciales en que se cruzaron el baston y el sable y en uno de ellos se distinguió Basilio. Llevado en triunfo por los estudiantes y presentado al profesor, fué desde entonces conocido, llegando á ser su favorito. Parte por esto y parte por su aplicacion, aquel año se llevó sobresalientes con medallas inclusive. En vista de esto, Cpn.

Admiró a don Cleofás el sitio de su dilatada población, y de la que hacen tantos diversos bajeles en el Guadalquivir, valla de cristal de Sevilla y de Triana , distinguiéndose de más cerca la hermosura de sus edificios, que parece que han muerto vírgines y mártires, porque todos están con palmas en las manos, que son las que se descuellan de sus peregrinos pensiles, entre tantos cidros, naranjos, limones, laureles y cipreses; llegando en breve espacio a Torreblanca, una legua larga desta insigne ciudad, desde donde comienza su Calzada y los caños de Carmona, hermosísima puente de arcos, por donde entra el río Guadaira en Sevilla, cuya hidrópica sed se le bebe todo, sin dejar apenas una gota para tributar al mar, que es solamente el río en todo el mundo que está previligiado deste pecho ; haciendo mayor la belleza desta entrada infinitas granjas, por una parte y por otra, que en cada una se cifra un jardín terrenal, granizando azahares, mosquetas y jazmines reales.

Y, diciendo esto, se adelantó y se puso en la mitad del camino por donde los frailes venían, y, en llegando tan cerca que a él le pareció que le podrían oír lo que dijese, en alta voz dijo: -Gente endiablada y descomunal, dejad luego al punto las altas princesas que en ese coche lleváis forzadas; si no, aparejaos a recebir presta muerte, por justo castigo de vuestras malas obras.

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