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Actualizado: 13 de julio de 2025
Era por aquel tiempo el marqués, sin ser derrochador, bastante libertino; pero no con aquel aristocrático libertinaje de los Lauzun y los Frousac, señoriles hasta en sus vicios, caballerescos hasta en la infamia, que sacudían de sí todo lo vulgar y grosero, con la misma elegante pulcritud con que sacudían el polvillo del perfumado tabaco de sus chorreras de encaje.
El seductor se cansa pronto de la víctima, y se dispone á faltar á sus falsas promesas; en el viaje marítimo, que para realizarlas emprenden ambos á Valencia, domicilio del libertino, abandona á la desdichada en una roca desierta, después de darle una bebida soporífera. Al despertar se encuentra sola en medio del mar, conoce el engaño y su sacrificio, y se desespera sin consuelo.
Ignorámoslo; pero ese sentimiento indefinible, ya se habrá comprendido que Juana y Jacobo, después de su conversación confidencial, no tardarían en experimentarlo. Aunque separados en apariencia por abismos, aquel libertino cansado y aquella joven sin mancha se comprendían perfectamente.
En dos o tres días refrescó sus lecturas, rehízo su erudición descompuesta en los viajes y en la vida de libertino, y bien preparado acudió al torneo a que el otro le retaba con sabidurías de tercera mano, aprendidas en los libritos franceses de ciencia popular a treinta céntimos el tomo.
Señor don Gil objetó María de la Paz haciendo esfuerzos para aparecer serena: no creía yo que fuese usted tan libertino. Vamos, nosotras teníamos de usted otra idea; creíamos que.... Yo soy, señora, un hombre como los demás. Admiro las obras bellas de la Naturaleza, y una mujer hermosa es....
Las primeras escenas representan las calaveradas de Leónido, joven libertino de Palermo, que, al parecer, inclinado á la perversión y como si tal fuera su propósito, demuestra querer apurar la copa del vicio.
Quince años hace que abandonó mi casa dijo el señor Tomás, hecho un pródigo y un libertino. ¡Pero yo mismo era un hombre de pecado!... ¡Oh, amigos en Jesucristo! Un hombre de ira y de rencor. Pero, alabado sea Dios, he huido de mi propia cólera. Cinco años ha que obtuve la paz que supera a la humana comprensión. ¿La tienen ustedes, amigos?
Diose cuenta de que en pocos días, tal vez en algunas horas, por desalientos, por indolencia, habría llegado a ser, sin amor, sin amistad, sin excusa, la víctima inerte y estúpida de aquel cobarde libertino. Comprendió cuan cerca se había hallado del borde de aquel abismo y lo lejos que de él se hallaba en aquel momento.
Ruperto le lanzó una mirada que me exasperó, porque con ella supo expresar aquel libertino toda la admiración que le inspiraba la Princesa. Vuestra Majestad es siempre bondadoso continuó. Por mi parte, a la vez que siento la muerte de mi amigo, no olvido que esa es la ley común y que muy pronto les tocará a otros el turno. Reflexión que a todos nos importa tener presente dije.
Residía en Versalles hacía mucho tiempo, sin otra compañía que su esposa, viejecita como él, á quien adoraba; y en la decoración fastuosa de aquellos jardines, que sirvieron de refugio á los amores de Luis XIV, el rey libertino y magnífico, la figura delgada, vestida de negro, del anciano actor parecía más fúnebre.
Palabra del Dia
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