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Actualizado: 12 de septiembre de 2025
Echamos pie a tierra, dimos, en medio de la oscuridad, con una puerta que se abrió a fuerza de golpes y penetramos todos en una pieza cuadrada, débilmente iluminada por algunos candiles y dentro de la cual había unas quince personas, algunas preparando sus lechos y otras alrededor de una mesa, huérfana aún de comestibles.
»Recuerdo que precedieron a la fiesta largas horas de punzante inquietud, de ávida contemplación de mis flamantes y simbólicos arreos de batalla, tendidos sobre lechos, sillones y cojines: desde el menudo zapato de raso, hasta las flores de la cabeza, pasando por un océano de sedas, encajes, plumas y crespones; todo aéreo, todo casto, todo simple, como pedían y piden los estatutos de la Orden para una doncella de mi edad y condiciones, a quien no le es lícito, todavía, albergar malicias en su cabeza ni torpes sentimientos en el corazón; otras horas, no tan largas, en lo más recóndito de mi gabinete, entre menjurjes, abluciones y atildaduras de tocador.
11 Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora nos está más cerca nuestra salud que cuando creímos. 12 La noche ha pasado, y ha llegado el día; echemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz, 13 Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lechos y disoluciones, no en pendencias y envidia;
Lo que más me llamaba la atención eran dos camitas de las cuales no podía separar los ojos. Figurábame esos lechos, casi como dos cunas, a la hora del alba, cuando están aún ocultos por sus grandes cortinajes de cenefas. Dan las tres de la madrugada. A esa hora suelen despertarse todos los viejos. El pregunta: ¿Duermes, Mamette? No, querido. ¿Verdad que Mauricio es un buen muchacho? ¡Oh, sí!
Caen en forma de lluvia ó de nieve; luego, gotas y copos, divididos hasta el infinito, penetran en la tierra por las cavernas, las fisuras de las rocas y los intersticios del fecundo suelo. Durante largo tiempo el agua queda oculta; después aparece á la luz en forma de alegre fuente, y empieza de nuevo su viaje hacia el océano por los lechos inclinados del arroyo, de barrancos y ríos.
Gigantesca siempre, variada al principio, encantaba donde quiera, presentando las mas hermosas vistas sobre los altos peñascos de la orilla, ó en los pabellones de lujosa verdura que venian á extender sus flotantes encajes de parásitas y enredaderas sobre la playa misma, á donde sale á calentarse, en lechos de arena calcinada, el temible y monstruoso caiman, terror de los habitadores de las ondas.
Graznando lúgubremente, bajaron los buitres y demás aves que tienen su festín en los campos de batalla; la lluvia encharcó el piso, amasando lechos de fango y sangre para los pobres difuntos, y el frío remató á los heridos que esperaban escapar á la muerte. ¡Tremenda noche! Volviendo de su letargo, pudo observar la pluma que cuanto había visto no era alucinación, sino realidad clarísima.
No sabría yo decir si el músico que tocaba el biniou hacíalo con arte, pero a lo menos tocaba con tales bríos, arrancaba al instrumento sonidos tan ampliamente prolongados, tan penetrantes y que desgarraban con tal acritud el aire sonoro y encalmado de la noche, que no me causaba asombro ya el que semejante ruido nos hubiese llegado desde tan lejos: en media legua a la redonda podía ser oído, y las muchachas del llano debían, sin duda, soñar contradanzas en sus respectivos lechos.
La cerveza, el vino... ¡envenenados! y llevándose ambas manos al vientre echó á correr, traspuso la puerta y desapareció en la obscuridad, dejando á Simón, Tristán y demás bebedores desternillándose de risa. Poco después se retiraron á sus casas algunos de éstos y á sus no muy blandos lechos los huéspedes de la tía Rojana.
En las caras interiores estaban los armeros y los dormitorios: tres filas de literas hechas con tablas, iguales á los lechos de los hombres de mar. El deseo de ornato artístico que sienten las almas simples había embellecido los subterráneos. Cada soldado tenía un museo formado con láminas de periódicos y postales de colores.
Palabra del Dia
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