Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 2 de julio de 2025


Vamos, Placidete, ¡que no es dinero perdido! Y acompañó estas palabras con un guiño significativo. Plácido recordó el caso de un estudiante que ganaba cursos regalando canarios, y dió tres pesos. Mira, ¿sabes? escribiré claro tu nombre para que el profesor lo lea, ¿ves? Plácido Penitente, tres pesos. ¡Ah! ¡escucha!

La fama no estamos muy acordes los que vamos tras ella en lo que consiste; pero yo puedo asegurar que el fajo de cuartillas que emborrono todos los días, lo emborrono por conquistarla. »Cuando me siento ante la mesa, después de levantarme, me esperan sobre ella una porción de libros. Los que han escrito estos libros quieren que yo los lea. ¿Por qué quieren que yo los lea?

Iba á casarme con ella cuando ocurrió la catástrofe... Parece que estoy viendo á la madre de Jacobo cuando llegó á mi casa una mañana, medio loca de dolor y de espanto, se dejó caer en un sofá, pues no podía tenerse en pie, y me dijo sollozando: acaban de prender á Jacobo... en casa... hace un momento... ¿Se acababa de descubrir la muerte de Lea Peralli?

Un día llegué á casa de Lea á eso de las cuatro y la encontré con el sombrero puesto y con aire preocupado. Me acercó la frente á los labios y me dijo distraídamente: Tengo que salir por una hora. Mi padre me envía un recado con un amigo suyo y es preciso que vaya hoy mismo á verle al Gran Hotel, pues se marcha mañana á Londres. Entonces me voy. Hasta la noche. No; quédate un momento.

No puede menos de sorprender al que lea la de nuestro pais la rapidez con que se engrandecieron nuestros monarcas, y la importancia que adquirieron á los pocos años de conquistada Zaragoza de los Sarracenos.

Cogió de un canastillo una orquídea blanca con manchas rojas y dijo presentándosela á Jacobo: Guárdala en memoria mía. Esta flor es como mi alma; ensangrentada y, sin embargo, pura... Lea, dijo Jacobo asustado, pide un momento de descanso; no estás en posesión de ti misma... ¡! Jamás he estado más segura de mi... Es el acto de la muerte, Jacobo; verás qué bien le canto... Anda, vete á verme.

Juana y Lea tienen la misma estatura, las mismas carnes y sólo difieron en la cara y en el color del pelo, pero la cara se puede desfigurar y el agua que sirve á Lea para teñirse el cabello puede servir para Juana. La identidad se establece con un frasco de tinte en la cabeza y un tiro de revólver en la cara.

Y volviendome á Apolo con denuedo Mayor del que esperaba de mis años, Con voz turbada y con semblante acedo, Le dixe: con bien claros desengaños Descubro, que el servirte me grangea Presentes miedos de futuros daños. Haz, ó señor, que en publico se lea La lista que Cilenio llevó á España, Porque mi culpa poca aqui se vea.

Desde luego debemos ponernos en relación con Jacobo, á fin de que sepa que existe Lea Peralli y para juzgar con él, hablando larga y maduramente, sobre las consecuencias que trae consigo este hecho inesperado. ¿Pero van ustedes á ir á Numea? exclamó Vesín con mal contenido asombro. Vamos á ir á Numea, declaró fríamente Marenval.

Palabra del Dia

perpetuaría

Otros Mirando