United States or Kyrgyzstan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Entre los dedos de sus manos bellas Hizo pedazos al soneto altivo, Que amenazaba al sol y á las estrellas. Y dixole Cilenio: ó rayo vivo Donde la justa indignacion se muestra En un grado y valor superlativo, La espada toma en la temida diestra, Y arrojate valiente y temerario Por esta parte que el peligro adiestra.

Y volviendome á Apolo con denuedo Mayor del que esperaba de mis años, Con voz turbada y con semblante acedo, Le dixe: con bien claros desengaños Descubro, que el servirte me grangea Presentes miedos de futuros daños. Haz, ó señor, que en publico se lea La lista que Cilenio llevó á España, Porque mi culpa poca aqui se vea.

Respondióme Cilenio á lo vellaco Con no que vislumbres de ironia: Esto que se recoge, es el tabaco, Que á los vaguidos sirve de cabeza De algun poeta de celebro flaco. Urania de tal modo lo adereza, Que puesto á las narices del doliente, Cobra salud, y vuelve á su entereza. Un poco entonces arrugué la frente, Ascos haciendo del remedio estraño, Tan de los ordinarios diferente.

Mandóme el dios parlero luego alzarme, Y con medidos versos y sonantes, Desta manera comenzó á hablarme: O Adán de los poetas, ó Cervantes! Qué alforjas y qué trage es este, amigo? Que asi muestra discursos ignorantes. Yo, respondiendo á su demanda, digo: Señor, voy al Parnaso, y como pobre Con este aliño mi jornada sigo. Y él á dixo: ó sobrehumano, y sobre Espiritu Cilenio levantado!