Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 2 de julio de 2025
¿Vas a ese baile, Magdalena? me preguntó Petra. Magdalena no sale más que en la intimidad respondió la abuela. Una huérfana no está en su lugar en reuniones muy numerosas. Pero es un baile blanco observó la de Brenay. Sí, lo sé; pero es todavía demasiado mundano para Magdalena. ¿Y usted ha aceptado? preguntó la abuela a la de Brenay.
Sacó una botella de coñac viejo y otra de bon vino, de un maletín de piel de cerdo, elegante prenda de mundano antes que de clérigo. Se sentó a comer. Cuanto más le miraba, menos me parecía un cura y más un hombre de mundo. Por obra del acaso dijo, a tiempo que comía despacio , me ha sorprendido usted en mi intimidad de hombre. Si hace unos momentos, al hallarle a usted....
En la Colec. Ochoa hay varias cartas dirigidas al mismo personaje con nombre de Mos de Villarroel y en tono de intimidad que indica la continuación de las relaciones. Ex.^mo Sr.
No tiene nada de extraño; al contrario, es muy natural lo que te pasa. Tienes un temperamento sentimental, imaginativo; has llevado con tu amo la vida libre y poética de la Naturaleza siempre juntos, en inocente intimidad.
Los ojos del cuerpo no penetran en la intimidad profunda de los seres; pero la fe no necesita de ojos: la pintan vendada. No sólo poseo una razón que me explica la apariencia de las cosas: existe también en mi espíritu una revelación constante que las ilumina por dentro... ¿Por qué he de prescindir de esta revelación? ¿Por qué he de cerrar los oídos a los suspiros de mi alma?
Aparte de las interesantes visitas de nuestro Caballero Audaz, muy poco se ha cultivado en España esta literatura íntima y anecdótica: únicamente los que establecemos nuestro despacho en la mesa de un café ofrecemos un pedazo de intimidad al interés de los lectores.
Encogiose Artegui de hombros como aquel que se resigna, y tiró del cordón de la campanilla. Cuando un cuarto de hora después entró el camarero con la bandeja, ardía el fuego más que nunca claro y regocijado, y las dos butacas, colocadas a ambos lados de la chimenea, y el velador cubierto de níveo mantel, convidaban a la dulce intimidad del almuerzo.
Señora baronesa comenzó el pintor , la señorita Beatriz me ha dicho que tenía usted a bien aprobar la unión que tengo la audacia extremada de ambicionar... Mil gracias le doy a usted por mi parte, señora, con tanto mayor motivo cuanto que usted se priva en mi obsequio de una compañía, de una intimidad de quien nadie mejor que yo conoce el precio. ¡Dios mío! ¿Qué quiere usted, señor Fabrice?
Y como también él echaba de menos la expansión en nuestra intimidad, que nos hacía más flexibles, más conciliadores, mejores, estando juntos, le hablé de él, de su vida que pasaba casi enteramente apartado de mí, y lamenté el no saber lo que se hacía y si tenía o no razones para estar satisfecho. Satisfecho. He ahí la palabra me dijo con una expresión casi cómica.
Yo era en aquel tiempo un fatuo, muy envanecido de mi nombre, de mi juvenil importancia y de mis pobres triunfos de salón; pero tenía el corazón sano, adoraba á mi madre, con la que había vivido durante veinte años en la más estrecha intimidad que pueda unir dos almas en este mundo; me apresuré á asegurarle mi obediencia: ella me dió las gracias inclinando la cabeza con una triste sonrisa y me hizo besar á mi hermana dormida sobre sus rodillas.
Palabra del Dia
Otros Mirando