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Actualizado: 29 de junio de 2025
Delante de Pepe se contenía cuanto le era posible; pero ya toleraba de mala gana cualquier broma que trascendiese a incredulidad; y como el estado de las cosas por aquel tiempo hacía que todas las conversaciones fuesen a caer en la guerra, y hablar de ésta era hablar del clero, doña Manuela oía con disgusto a su hijo y su marido, cuando el primero alardeaba de republicano y el segundo de progresista a la antigua.
Es que esta muchacha dice que ha visto al Rey allí, con el conde Federico. Sarto miró a la moza sonríendose y con expresión de incredulidad. Estas chicas en cuanto ven un apuesto caballero, se creen que es el Rey dijo. Pues entonces, el que yo digo y el Rey se parecen como si fueran hermanos replicó la campesina, algo vacilante pero insistiendo todavía en su tema. Sarto miró en torno.
¡Eh! dijo Diana con incredulidad. ¡Que Martholl se olvide de venir, he ahí, estoy segura, una cosa que tú no temes que suceda! Es fácil prever que se hará anunciar al sonar las cinco. María Teresa recorría el salón simulando ocuparse en arreglar las cosas; removía las flores en los jarrones, cambiaba de sitio los bibelots, levantaba los almohadones de seda.
El incrédulo ha visto el tabernáculo sacrosanto, y sonriéndose con desden, ha dicho: «hé aquí un monumento de supersticion; hé aquí al hombre adorando el absurdo.» No siendo esta una obra teológica, sino filosófica, podria prescindir de responder á las objeciones de la incredulidad; pero la ocasion me parece tan oportuna para soltar dificultades levantadas por la superficialidad y la ligereza, que no puedo menos de aprovecharla.
Tan pegados estaban el uno al otro, que parecía que Jacinta se reía con los labios de su marido, y que este sudaba por los poros de las sienes de su mujer. «¡Vaya con mi señora, lo que me tenía guardado!» añadió con incredulidad. ¿Te alegras? ¿Pues no me he de alegrar?
Curra Albornoz dijo. Lo enorme de la afirmación destruyó su efecto. Un «¡bah!» general de incredulidad brotó de todos los labios, y la duquesa se hundió de nuevo en las profundidades de su chaise-longue, exclamando: ¡Eso es una canard! ¡Sí, señor!... ¡Un camelo! añadió Gorito muy indignado.
Ambas demostraciones indicaban incredulidad del pronóstico y gratitud por el consuelo. Pronto, muy pronto, cuando llegue el momento de dirimir en los campos de batalla la cuestión entablada entre el Altísimo y los masones, podrá contar el Altísimo con su más valiente Macabeo.
Además, ¡quién podía saber si lo que ella decía era cierto!... La tendencia á la superstición que acompaña á los jugadores, el ambiente del Casino, la misma suerte de Alicia, habían acabado por influir en la incredulidad del príncipe. Pretendía vengarse de estas largas esperas y de su indiferencia contemplándola con ojos despiadados. ¡Qué fea está!...
Así recobrarás la paz, y yo... yo seré tu amigo, seré lo que tú quieras, me bastará con verte. Ella acogió con un gesto de incredulidad las últimas palabras. ¡Le habían prometido tantas veces los hombres ser simples amigos! Además, conocía bien á Miguel, y no se tomó la pena de contestar. Lo único que le interesaba era el consejo de que repeliese definitivamente al herido, no viéndolo más.
Pero, escuche dijo al ver que la tartana ya se hundía ; he querido reservarle una sorpresa; tengo la certeza de que ha muerto, porque yo mismo lo he derribado al suelo y lo he agarrotado. ¡Tú! dijo Massareo con aire de incredulidad. ¡Yo! contestó Santiago con un impudor inconcebible.
Palabra del Dia
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